"Y yo ruego para que funcione, para que don Armando salga adelante.
No quiero que él fracase. Me dolería porque también me sentiría culpable de su fracaso.
Y tengo miedo.
Tengo miedo de lo que pueda hacer, de la empresa que me pidió que armara a escondidas de su familia, del pagaré en blanco que me firmó.
Me halaga que crea en mí, que me tenga tanta confianza, pero tengo miedo por lo que él me pida que haga por Ecomoda.
Es un hombre definitivamente extraño.
En éstos momentos soy la mujer más importante para él, más que su propia novia. Pero a la vez, no existo como mujer.
Pasé una noche infernal encerrada en la oficina y no se acordó que yo estaba ahí.
Sólo existo como empleada, no como mujer.
Le escuché decir que está esperando a la mujer de su vida y no se ha dado cuenta de que está ahí, a tan pocos metros de su escritorio.
Pero no tengo las armas para demostrarle que soy esa mujer que él necesita, que él espera y creo que jamás lo sabrá.
Sólo un milagro haría que lo supiera y ya no creo en milagros y menos cuando está a tan poco tiempo de casarse.
ESTÁS LEYENDO
El diario de Betty.
FanfictiePropiedad de Beatriz Pinzón Solano. Copia fiel y exacta del original.