CAPÍTULO 17

31 3 1
                                    

LUCA

-Dr, le acabo de llegar un paquete- Dice mi recepcionista entregandome un paquete.

-Gracias, ya te puedes retirar- Le digo con una sonrisa de boca cerrada antes de abrirlo.

En su interior se encuentra una carta, claramente presiento de quién es...

“Espero no hayas olvidado lo que hice, te escribo para recordarte lo excitado que estaba cuando sentí la sangre de tu hermano en mis manos, cuando pude ver sus ojos llenos de agonía y sin poder citar ni una sola palabra y la felicidad que sentí al conocerte... Recuerda esto, yo SIEMPRE seré parte de tu vida, estés vivo o muerto, en el más allá, si es que eso existe”

¡COMO LO ODIO!
Guardo la carta en mi escritorio, junto con las otras muchas cartas que recibo de el, había tenido dos semanas tranquilas, pensé que ya se había olvidado de mi o que por lo menos se había dado por vencido con su objetivo de tenerme traumatizado toda la vida.
De alguna manera, el tener a Lea ha generado en mi una paz increíble y ahora todo se vuelve a arruinar, solo quiero correr, quisiera asesinarlo o suicidarme para terminar con esta agonía...

-¿Nos vamos?- Dice al ingresar la generadora de mi paz... Lea.

-Vamonos- Respondo con una sonrisa mientras salimos del cuarto.
Hoy vamos a casa de mis padres, van a conocer por fin a Lea y es que ya es tiempo y por fin convencí a Lea de ir a visitarlos... Lea se siente insuficiente y cree que mis padres no la aceptaran, pero yo sé que se van a amar.

-¿Y si mejor no vamos?- Dice Lea nerviosa y yo suelto una carcajada.

-Ya les dije que íbamos, no voy a retactarme- Digo divertido y ella suelta un suspiro ansiosa.

-¿Y si no les agrado?... Tampoco soy linda, no soy buena para conversar, no soy agradable- Dice triste y yo la miro un momento para después volver mi vista al camino ya que voy conduciendo.

-Lea, eres la mujer más hermosa del mundo, eres super buena en la conversa y todo de ti es agradable... Se que mis padres te amaran y verán lo maravillosa y única que eres, así como lo ví yo- Digo con toda la sinceridad del mundo y siento su mirada en mi así que también volteo a mirarla por un momento con una sonrisa - Tranquila, todo saldrá bien, te lo prometo- Digo para luego volver a poner mi mirada en el camino.

Cuando por fin llegamos a casa de mis padres Lea no quería bajar del auto.

-¿No vas a bajar?- Digo divertido mientras ella inhala y exhala intentando calmarse.

-Si, si, solo dame un momento yo calmo mis nervios- Dice asustada y yo suelto una sonora carcajada.

-¿No crees que estás exagerando? Mis padres no son malos, te amaran, ya te lo dije- Digo con una sonrisa de boca cerrada tratando de calmar sus nervios.

-Esta bien, vamos- Dice ya más tranquila y ambos bajamos del auto.

Noto de reojo como Lea muerde su labio ansiosa y una sonrisa divertida aparece en mi rostro.
Tocó el timbre y unos minutos después aparece mi madre, quien al ver a Lea forma una gran sonrisa.

-¡Que gusto conocerte al fin Lea!- Dice emocionada mi madre para seguido de eso darle un abrazo a Lea.

-El gusto es mío Señora Jane- Dice Lea ya más tranquila y feliz.

-Eres preciosa cielo, pero sigue sigue, está es tu casa- Dice mi madre haciéndose a un lado para que ella pueda ingresar y eso hace un poco nerviosa.

-Mamá, estoy aquí, por si no te habías dado cuenta- Digo irónico.

EL PRECIO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora