The Real Me (AziraCrow)

Parte 2

-- Esa es la reunion más rapida que he visto, ¿acaso son multas de estacionamiento?... -- Beelz entró de la nada a la oficina de su hermano. Y su voz se desvanecio al ver el desastre que era su escritorio, y al verlo a él siendo parte del desastre. --¿Que haces ahí?

Crowley no supo como responder, y sintió como que pasaban años y el seguía sin poder dar una respuesta creible de lo ocurrido. O siguiera podria moverse del escritorio.

Aprarentemente su cerebro se apagó totalmente y quedo en piloto automatico solo para poder respirar y llevar a cabo las demas funciones vitales.

-- Yo... -- balbuceó.

-- ¿Tú? -- le insistió.

-- Se calló mi boligrafó, pense que alcanzaria a tomarlo antes de que rodara al suelo... es todo. -- respondió al ver que efectivamente su boligrafo estaba en el suelo, pero bien sabia que eso no era lo que habia ocurrido. Mientras se reincorporaba y comenzaba a ordenar el desastre.

Y su hermana quiso creerle.

-- Bien... 

-- ¿Necesitas algo?

-- Solo darte esto, es el número de Aziraphale... -- dijo acercandose a un costado del escritorio, para entregarle el Post-it con el número telefonico personal del cliente de su hermano, en sus manos. 

-- Gracias Beelz... -- agradeció, para quedarse mirando el papel unos segundos. Mirando su letra...

-- Crowley... -- le llamó, lo que hizo que inmediatamente el castaño la mirara a los ojos. Hacia años que su hermana mayor no lo llamaba por su apodo, o mejor dicho su segundo nombre. -- Cambió mucho, ¿no es verdad?..

Ella le sonrió de medio lado, y Crowley solo inhalo profundamente, imitando su sonrisa. Mientras recordaba a como se veía Aziraphale Archangel antes, cuando tenia su cabello rubio que resaltaba esos ojos entre azul y verdes tan llamativos que aún tiene. 

Ese tiempo en el que la vida solo consistia en realizar los deberes de la escuela, y divertirse con todo el tiempo libre que les quedaba. Corriendo, jugando y riendo todo el tiempo.

O incluso cuando se conviertieron en adolecentes, y hablaban toda clase de cosas estupidas y seguían riendo.

Como extrañaba reír como reía en ese entonces.

-- Si, mucho... -- admitió con nostalgia en su voz, exhalando el aire.

-- Por favor, no dejes que te cambie para mal... otra vez.-- le rogó.

-- Tranquila, eso no pasara. -- dijo posando su mano libre el hombro de Beelz, para reconfortarla un poco. 

Y es que si ella supiera la verdad, no estaría pidiendole semejante cosa.

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-- Hijo, ¡ese chico esta arruinandote! -- gritó Lucifer Hell en medio de la "cena".

-- Anthony, por favor... escuchanos. -- le suplico Beelz.

-- ¡¿Por que demonios están en contra de Aziraphale?! -- gritó poniendose de pie abruptamente, haciendo que la silla donde estaba sentado hace medio segundo rechinara al moverse abruptamente contra el piso. 

-- Mirate, teñido y con esos lentes que no te quitas nunca... -- le señaló su padre --. Antes no eras así hijo...

-- ¿Y por que no puedo ser este papá?, ¿porque no puedo ser así? -- le cuestionó furioso. 

-- Porque no eres tu Crowley, ¡tú no eres mi hermanito! -- le gritó Beelz para salir del comedor corriendo.

Ver como su hermano se perdía a si mismo en esta busqueda de lo que sea que buscara, ver como ese adorable niño que conoció no estaba ahí. Ni siquiera en lo más minimo, la ponía mal. Porque lo necesitaba, y él no estaba ahí para apoyarla.

-- No quiero ver como te autodestruyes y nos arrastras contigo porque no fuiste capaz de darte cuenta de lo que realmente estas haciendo con tu vida. -- soltó su padre para salir del lugar. 

A veces oir lo que nuestra familia es dificil de aceptar,

 pero no significa que sea mentira.

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Así es, esa fue la ultima vez que su hermana le dijo Crowley. Hasta hoy.

Y eso debería ponerlo feliz, ¿no? Es decir, ella al fin lo reconoció como su hermano despues de todos estos años que llevaba siendo solamente "Anthony".

Pero no se sentía bien.

Para nada, incluso sentía un dolor en el pecho. 

Como si tuviera algo que quería salir, pero no podía dejarlo. Porque estaba mal, y ese no era él.

¿Pero como no iba a ser él?

Una vez un hombre muy sabio le dijo algo, algo que lo dejó pensando cuando su hermana lo dejó solo en su oficcina. Y ahora tenía mas sentido que nunca.

 Y era algo como: "No podemos negar nuestro pasado. Pues en el aprendimos las cosas que nos hacer ser quienes somos hoy. Y si negaramos todas esas cosas, estaríamos negando nuestra propia existencia".

Y entonces despúes de un buen rato de dejar el Post-it sobre su escritorio, tomarlo, mirarlo, guardarlo, sacarlo, mirarlo y volver a repetir el mismo patrón, porque se estaba debatiendo si era correcto o no escribirle a Aziraphale. 

Lo hizo. 

Ingreso el número a su celular personal y le envió un mensaje.

¿Que tan malo podía ocurrir? 

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C: ¿Aziraphale?

Hola Crowley, ¿me extrañaste? :A

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Wattpad, te odio por borrarme medio capítulo que era una puta joya. Por suerte me di cuenta y lo pude rescribir casi por completo.