𝟎𝟏: 𝐓𝐫𝐚𝐠𝐞𝐝𝐢𝐚 𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐬𝐚

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El último día de clases en Bellwood, y el día en que comenzaban las ansiadas vacaciones de verano.

Aileen y Benjamin Tennyson se sentaban uno al lado del otro. Mientras una tomaba notas con diligencia, el otro tenía la mitad de su atención puesta en el pizarrón y la otra en el avioncito de papel que estaba armando.

A Aileen nunca le molestó la actitud de su hermano. Ben era su fuente de inspiración muchas veces, animándola a ver el lado divertido de la vida. Aunque a veces desearía que no tuviera que ser siempre la que tomara los apuntes importantes por los dos. Al menos, Ben lo compensaba cuando se ponían a estudiar juntos para los exámenes, y lograban notas decentes.

Se reacomodó sus lentes cuando estos se le cayeron un poco. Como a la vida no le era suficiente darle problemas cardíacos, le agregó una miopía leve a la edad de ocho. Si bien con eso se ganó ligeras burlas de algunas de sus compañeras, se detuvieron inmediatamente cuando Ben no tuvo piedad en humillarlas de toda forma verbal que un niño de su edad supiera.

Él fue castigado por hacerlas llorar, pero le importó una mierda. Defender el honor de su hermana era más importante.

Así era siempre. Aileen estaba feliz de tenerlo, pero... a veces deseaba poder defenderse por su cuenta, y no tener que depender tanto de otros. O como oía por ahí referente a la sobreprotección de su hermano: "tenerlo como su guardaespaldas".

Claro, estaban las veces en las que los matones de la clase venían a intimidar a Ben, y este se defendía como un perro bravo, sin dar marcha atrás. Aileen se ponía en medio, cagada de miedo, pero en cada ocasión lograba que lo dejaran en paz. Los dolores en el pecho y las migrañas eran buenas excusas, o sino, recurría a lloriqueos bien actuados. Detestaba hacerlo, le hacían sentir una gran vergüenza, y de paso, como una inútil llorona -como también oía a sus espaldas-.

Pero si era necesario para que los maestros hicieran algo con los matones, entonces lo haría hasta que pararan. Si es que pasara.

Y si Ben también dejara de meterse en esos problemas. Cosa que Aileen no veía en un futuro cercano.

Un bajo «Pst, pst» la sacó de su concentración a la mitad de su subrayado. Giró su cabeza hacia Ben, quien le hacía señas para que viese su avioncito muy bien hecho. De los dos, Aileen había desarrollado mejores habilidades manuales al verse limitada en sus otras acciones. De paso le enseñaba a su hermano. Ben le ponía más atención a sus explicaciones que a las de los maestros.

—Ya lo dominé —susurró Ben con orgullo en el rostro.

—Te salió muy bien —Aileen le felicitó en el mismo tono.

—Veamos qué tan bien vuela.

Sin esperar una respuesta, Ben arrojó el avioncito. Aileen tampoco le reprochó. Sólo vio cómo el avión planeaba a través del salón con suavidad, hasta que, una corriente de aire que provino de la ventana hizo que cambiara de rumbo, y diese directo con la cabeza de la maestra.

Los hermanos reaccionaron rápido, fingiendo que estudiaban.

Cuando la campana de salida sonó a las tres de la tarde, los hermanos se miraron con entusiasmo. Esas vacaciones de verano eran importantes para los dos. Pero cuando ya salían del salón...

—Benjamin —la maestra llamó a Ben por su nombre para no confundirlos.

Aun así, los mellizos voltearon al mismo tiempo.

—¿Podría hablar contigo antes de que te vayas? —y le enseñó el avioncito de papel—. Aileen, puedes esperar a tu hermano afuera.

Aileen y Ben se miraron, antes de que el mayor gruñera por lo bajo y regresara adentro, mientras Aileen se sentó en el banco junto a la puerta, sosteniendo ambas mochilas.

𝐌𝐄𝐓𝐀 [𝗕𝗲𝗻 𝟭𝟬 𝗢𝗰] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora