𝐌𝐄𝐓𝐀 [𝗕𝗲𝗻 𝟭𝟬 𝗢𝗰]

𝟎𝟓: 𝐀𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐀 𝐒𝐞𝐫 𝐇𝐞́𝐫𝐨𝐞𝐬 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟐]

Les tomó el resto del día en volver a dar con el paradero de Animo. Para tener un pájaro monstruo, sí que sabía escabullirse en la gran ciudad.

Aileen fue la última en regresar al camper, y aún en su forma Kineceleran, se arrojó a su cama y se acurrucó en una esquina antes de destransformarse. Con los ojos en rojo, pidió que le avisaran cuando dieran con Animo, antes de ponerse a recargar por varias horas.

—Me preocupa su método —comentó Gwen en una oportunidad—. Es literalmente como si fuese una máquina a la que se le acaba la batería.

—Sigue siendo humana, Gwen —le dijo Ben, mirando por la ventana hacia el cielo.

—Ojalá pudiera creer eso —Gwen se movió a la otra ventana, también buscando en el cielo—. Al menos tú sigues siendo..., bueno, como tú. En cambio Aileen sufrió una drástica alteración.

Ben apretó los labios y no respondió. Pero, ¿Qué esperaba Gwen que hicieran? Aileen ya era uno con esa cosa del espacio. Quitárselo era imposible, como él con el reloj.

Dieron con el Dr. Loco casi después de anochecer. El abuelo lo seguía casi a la máxima velocidad.

—Justo como en los buenos días antes de retirarme —comentó Max en un suspiro.

—¿Qué tipo de empleo tenías antes, abuelo? —preguntó Gwen mientras buscaba información útil sobre Animo en su computadora. 

—Uh... uno bastante bueno. —respondió Max evasivo.

Gwen lo miró con extrañeza, pero decidió dejarlo pasar.

En ese momento, Aileen bajaba de su cama, haciendo que tanto Ben como Gwen girasen hacia ella.

—¿Cómo te sientes? —Ben entró en un modo completamente distinto ante su presencia.

—Estoy mejor —respondió Aileen, mientras se estiraba—. Recarga completa, y según el resumen general, estoy estable... ¿Qué hora es?

—Más de las seis de la tarde —respondió Gwen—. Tenemos al doctor animal en la mira.

Aileen se sintió despertar por completo, yendo hacia la ventana. A lo lejos vio al loro mutante, planeando sobre los edificios de Washington.

—¿Qué será lo que quiere?

—¡Lo tengo! —exclamó Gwen, procediendo a responder a la duda de Aileen—. Hace cinco años, Doctor Animal era un científico de ciencia veterinaria. Pero resultó que hacía experimentos genéticos y realizaba mutaciones con animales.

»Cuando no ganó un premio llamado "Premio de la Verdad" que pensaba merecer, se volvió loco.

—Definitivamente lo estuvo desde hace mucho, pero, romperse por algo como eso... —Aileen hizo una pausa—. No le veo el sentido.

Gwen miró de reojo a Ben, quien entendió su indirecta, y desvió la mirada con el ceño fruncido.

Max notó de repente que el pájaro tomaba un drástico cambio de dirección, el cual ya no podía seguir en el camper.

—Lo perdimos. Podría estar en cualquier lugar de Washington.

—O lo que queda de Washington...

En eso Ben se percató de un detalle, que pronto tuvo sentido en su cabeza.

—¡Eso es! —dijo—. ¡Ya sé a dónde va!

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La entrada al Museo de Historia Natural estaba justo como Ben creyó. Destruida, y el causante dejó evidencia en los alrededores que lo delataba.

Aileen recogió una de las plumas gigantes que quedaron entre los escombros. Ben se le acercó para ver.