𝟎𝟖: 𝐕𝐢𝐬𝐢𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐕𝐢𝐞𝐣𝐨𝐬 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝟏]

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Aileen, Ben y Gwen estaban en una heladería, viendo los diferentes gustos en el exhibidor.

—¿Tiene algo que sea bajo en grasas y azúcares? —preguntó Gwen.

—Servilletas —le respondió el viejo heladero en seco—. ¿Y ustedes qué quieren? —preguntó a Aileen y a Ben.

Ben estuvo a punto de pedir cuando oyeron un ruido extraño afuera del local. Vio un hombre gordo quitando un gancho con cadena de su camioneta, dispuesto a ponerlo en el cajero automático.

—Tengo cosas que resolver —dijo Ben, luego miró a su hermana—. Yo me encargo. ¿Me pides mi helado mientras tanto, por favor?

—Puedes estar seguro que lo haré. —le respondió Aileen.

Los tres vieron a Ben salir del local y desaparecer a un lado, después una luz verde iluminó un costado de la entrada. Aileen volvió a hablarle al heladero como si nada extraño hubiese pasado.

—¿Me da uno de chocolate y otro de vainilla? Ambos con chispas, por favor.





Ultra T le dio su merecido a los ladrones de cajeros. Max felicitó a su nieto, mientras Aileen y Gwen salían del local con sus helados en mano. Al final, Gwen se decidió por uno de vainilla como el de su prima.

—¿Qué sigue, qué sigue? —preguntaba Ben con ánimos a tope, listo para su siguiente enfrentamiento.

Aileen le entregó su helado de chocolate, a lo que Ben respondió con un "¡Gracias!". El círculo en su cabeza brillaba al hablar.

—Iremos el fin de semana a visitar a la tía Vera —respondió Max con una sonrisa.

Eso bastó para matar los ánimos de Ben.

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La tía Vera se había mudado hacía ya varios años a un barrio para mayores de edad en medio del desierto. Aileen no recordaba mucho de ella, a diferencia de su hermano y su prima. Lo único que le venía a la mente era que le gustaba apretar las mejillas, y que su mamá le advirtió que no fuera muy brusca con ella debido a que su cuerpo era muy susceptible aquellos días a tener moretones casi por cualquier cosa. Después se quedaba en brazos de su padre o pasaba el tiempo con su hermano en el patio trasero.

—A mí me cae bien la tía —dijo Gwen ante las quejas incansables de Ben, mientras lavaba los platos.

—Es porque actúas como si tuvieras cien años —le respondió Ben.

—¿Yo por qué no la recuerdo? —preguntó Aileen de repente desde su cama.

A un lado de su almohada descansaba Princess Puppy, mientras ella coloreada un dibujo en el cual venía trabajando desde el inicio de las vacaciones.

—Tal vez porque no pasaste mucho tiempo con ella —dijo Ben—. Tuviste suerte. En el tiempo en que nos visitó más seguido tú no podías tener mucho contacto con otras personas por tus cirugías.

—Ah, por supuesto —Aileen recordó vagamente los años en los que tuvo sus intervenciones cardíacas cada tantos meses, para no decir que fueron casi continúas—. Mamá no me quitaba los ojos de encima, ¿verdad?

—Sep. Y después tú y yo íbamos al patio trasero a jugar a Canguro Comando. Así evitaba a la tía Vera por lo menos la mitad de la visita.

—Eso sí recuerdo bien.

Gwen sonrió, intentando imaginar a un Ben más pequeño interactuando con otra persona que no fuera ella sin peleas de por medio. Eso reforzó la idea de que Ben y Aileen tenían un vínculo de hermanos más especial de lo que pensaba, incluso por encima de la suya con su propio hermano mayor.

𝐌𝐄𝐓𝐀 [𝗕𝗲𝗻 𝟭𝟬 𝗢𝗰] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora