DIEZ

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Voy a matar a Jungkook.

Voy a matar a Jungkook.

Voy a matar a Jungkook.

—Así que ahora necesito una niñera.

La voz de Taehyung sonaba tan grave y tan llena de asco que no me atreví a levantar la vista del suelo entarimado de su estudio. Sa-ha estaba sentada en el pequeño sofá de cuero a mi lado, y él nos observaba desde la silla de su escritorio en el que había tan solo un ordenador y unas pocas plantas decorativas.

El jazz que le gustaba a Tae sonaba de fondo, muy bajito y, aunque eran las nueve de la mañana, las cortinas cerradas y las lámparas de noche daban la sensación de estar en plena madrugada.

—Nadie quiere ser tu niñera, te lo has buscado tú solito —respondió Sa-ha sin una pizca de compasión. Tragué saliva con fuerza. Sabía que él me había reconocido, pero no había dicho nada al respecto, lo que me confundía con su evidente desagrado por mi presencia—. Además, Amelia está aquí para ser tu asistenta. Te ayudará con tu agenda y tus compromisos.

—Nadie más tiene una asistenta —Sa-ha suspiró.

—Os dejaré para que os conozcáis un poco —se levantó y se dirigió a la puerta. Yo tuve que aguantarme las ganas de agarrarme a su falda y suplicarle que no me dejara sola con él—. Amy, ven a mi despacho después para que te dé tu equipo.

Asentí sin tener ni idea de a qué se refería con mi equipo ni de dónde se encontraba su despacho.

Sa-ha me había llamado muy temprano por la mañana para decirme que había decidido contratarme y a mí casi se me cae el alma al suelo cuando me envió la dirección de mi puesto de trabajo por correo: el edificio HYBE.

Creí que había algún malentendido, pero ella me aseguró que todo estaba correcto.

No me había atrevido a llamar a Jungkook porque le habría dicho algunas cosas muy poco apropiadas para alguien que acababa de conseguirme un empleo. Un buen empleo.

Igualmente, lo mataría.

—¿Qué haces aquí? —Taehyung rompió el incómodo silencio en el que nos habíamos sumido y yo por fin me atreví a mirarlo a los ojos.

—He venido a trabajar —anuncié, no muy segura de mi respuesta. Tae se rio irónicamente, y ese gesto encendió la chispa de la rabia en mi pecho—. Oye, no te cabrees conmigo, ni siquiera sabía a qué venía hasta hace cinco minutos.

—¿Por qué eso debería importarme? —Rodé los ojos al cielo.

—Mira, necesito el trabajo y, de una forma u otra, he acabado aquí. Será mejor para los dos si no me lo pones difícil.

—¿Eso es una amenaza?

—¿Qué? ¿Amenaza? ¿Pero quién te crees que soy? —Alcé la voz.

—Una fan loca —bufé una carcajada.

—Oh, por Dios, no seas egocéntrico.

—Tienes razón, en caso de acosar a alguien, sería a Jungkook.

—Wow, o sea que detrás de esa cara inocente se esconde un capullo —Taehyung se cruzó de brazos y sus ojos se convirtieron en dos finas líneas llenas de suspicacia.

Cerré los ojos y suspiré.

—Escucha, Taehyung... —tragué saliva, tratando de ordenar mis palabras y calmar mi voz—, sé por lo que has pasado últimamente. No te juzgo, no me importa lo que hagas o dejes de hacer en tu vida personal y no pretendo entrometerme ni molestarte. Necesito este trabajo, pero lo cierto es que, si de verdad odias tanto la idea que trabajar conmigo, me iré. Vamos a tener que pasar mucho tiempo juntos y no quiero hacerte sentir incómodo.

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⏰ Última actualización: Nov 02, 2023 ⏰

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Entre mi pasado y tu futuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora