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"Andrea"
(22-08-23)
Eran las doce de la noche y estábamos entrando ya en el avión.
Yo me sentaba con Marcos, por lo que el viaje sería fantástico. Tenía bastante frío, pero no había cogido  ninguna  sudadera para el avión.
—¿La quieres?
—¿No te la vas a poner?
—No tengo frío, pero tu si y me niego a que pases nuestro primer viaje resfriada.
Me puse su sudadera y apílale mi cabeza en su hombro para seguir viendo la la peli.
Horas después llagamos a Costa Rica, exactamente a San Jose.
Nos dieron las llaves de nuestras habitaciones para acomodarnos en ella.
A mi me tocó compartirla con Marcos, ya que nuestras madre creían que éramos lo suficiente responsables para terminar las vacaciones siendo padres.
Subimos por el ascensor a nuestra habitación y al entrar vimos una recámara preciosa. Era muy amplia, con grandes ventanales por los que se podía ver perfectamente todo San José. Era color blanca con toques negros, también contaba con un enorme closet y un espacioso cuarto de baño.
—Amor, mi madre me acá de mandar todas las actividades q haremos estando aquí.
—¿Hoy que vamos hacer?
—No tenemos na previsto, así que podemos dormir o ir a explorar un poco.
—Yo prefiero la opción uno.
Al final los dos nos pusimos cómodos y nos tumbamos un ratito.
Unas horas más tarde ya eran las seis y pico. Nos despertamos al oír que llamaban a la puerta, por lo que Marcos fue a la entrada a abrirla.
—Cambiaros de ropa que vamos a recorrer las calles de San Jose.
—Vale, daños cinco minutos.

Nos cambiamos de ropa y salimos a recorrer las calles de San José, era precioso y muy acogedor.
Me hubiera gustado que también estuviera Raquel, ellas está deseando venir, y cuando mi madre me dijo que vendríamos la primera persona que se me vino a la cabeza fue ella.
Fuimos a cenar a un restaurantes, y la verdad es que la comida estaba riquísima.
Seguimos paseando por las hermosas calles de San Jose, hasta que se hizo tarde y nos teníamos que ir al hotel para poder estar activos en la actividad de mañana.
Llegando y nos pusimos el pijama que nos acabábamos de comprar en una tienda de las calles que anteriormente recorrimos, y nos metimos en la cama, Marcos me abrazo pegándome a su pecho y entre caricias nos quedamos dormidos.

(23-07-23)
Al día siguiente nos despertamos y nos metimos directa bien la ducha, pero por turnos, no os preocupéis.
Salimos y nos encontramos con todos en la entrada del hotel, y cuando el hermano y la prima de Marcos llegaron nos fuimos a Santa Teresa.
Llegamos hay y apenas estaba amaneciendo, cuando digo que nos despertamos temprano es que nos despertamos temprano, el viaje de San José a Santa Teresa era de cuatro horas y media. Obviamente nos sacamos fotos y las subimos a instagram, y si darme cuenta Marcos me saco una foto y la subió a su historia.
—Bueno pues vamos a meternos en el agua.
—¿QUEEE? ¿Ahora?
—¿Si, por que no?
—El agua tiene que estar congelada.
Al final me convencieron para meterme y la verdad es que no se estaba tan mal como pensaba. No estaba ni muy fría y muy calenté. Estaba perfecta.
Rato después salimos del agua para irnos a comer.
Por la tarde alquilamos unas tablas de surfs y nos pusimos a Tamar de un lado de la playa al otro. También fuimos a montar un rato a Caballo, cosa que me encantó. Echaba de menos montar a caballo, llevaba casi dos meses sin montar, que por cierto, no se si os lo había dicho ya, pero yo hago equitación.
Y cuando se termino la ruta, cogimos el tren para ir al hotel.

(24-07-23)
Hoy iríamos a Moctezuma, esta cerca de el lugar donde fuimos ayer. Pero más lejos de donde nos quedábamos nosotros, por lo que en vez de irnos ayer al hotel de San José nos fuimos a una especie de departamento que  nuestros padre habían alquilado para pasar dos noches.
El día anterior era difícil de superar, pues las actividades que hicimos me encantaron m, pero la que mas la de montar a caballo.
Llegamos a la playa y nos metimos directamente en el agua.
Era cristalina y se veía perfectamente fa fauna que había bajo ella.
Nos mostramos en un barco que nos llevó a nadar con los delfines y las tortugas que eran monísimas. Cuando el barco paró nos metimos en el agua. Estaba un poco fría, pero poco a poco mi piel se fue acostumbrando.
El barco llegó otra vez al puerto de la playa y estuvimos toda la tarde hay recorriéndola de Aruba a bajo. Al anochecer fuimos al chiringuito que había en la playa y rato después volvimos al departamento.

(25-07-23)

Temprano en la mañana tomando rumbo a Tamarindo, este viaje iba de recorrer cada rincón de Costa Rica.
Teníamos planeado alojarnos en un hotel en Tamarindo y al día siguiente ir a visitar un volcán. Cuando se lo dije a Cris casi le da un infarto, pero termino por aceptarlo.
Vimos nacer a unas pequeñas tortugas que corrieron desde el primer momento hacia el mar.
Y dimos un pequeño paseo en barco para poder ver a los delfines y demás criaturas marinas. No logramos ver mucha variedad, excepto bicos de peces de miles de colores distintos, algún que otro grupo de delfines y tortugas enormes.

(26-07-23)

Acabamos de llegar a Monteverde, concretamente a una especie de actividad en la que vas por un largo puente en medio de un bosque. También nos tiramos por distintos tipos de tirolinas ya que a Marcos le hacía mucha ilusión. Por la tarde partimos rumbo a La Fortuna, ya que queríamos ver el volcán arenal desde el primer día.
Llegamos y nos dirigimos a un punto de información donde nos dieron el mapa para poder hacer la ruta al volcán.
No subimos hasta arriba ya que a algunos no querían por lo que en el resto de la tarde montamos en quads, y solamente había que ver la cara de Marcos para saber que se lo estaba pasando en grande.
Era verle feliz y yo ay era la persona más feliz del mundo, no se que me había echo este hombre en este corto periodo de tiempo que llevaba en mi vida, pero lo que sí sabía era que gracias a él había vuelto La niña alegre que era antes. Con el mis problemas desaparecían.

(01-08-23)

Ya nos volvíamos a casa, estos días restantes habíamos ido al parque de anfibios, al de las tortugas y al de las aves.
En el último fui obligada, ya que a mi me dan pánico las aves, pero no todas, por lo que me quedé con las que más "seguridad" me daban tener cerca.
Llegando de madrugada a España, esa noche nos quedamos en un hotel de Madrid, y a la mañana siguiente volveríamos a nuestro pueblo.
Al día siguiente ya por fin estábamos en casa, con Tofu.
En cuanto se enteraron mis mejores amigas vinieron a verme.

Definitivamente estas habían sido las mejores vacaciones de toda mi vida, por no mencionar lo que paso la segunda noche...

Una perfecta casualidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora