Ralff

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Un nuevo día comenzó en la academia de Rivenholme, y Ralff, Daeron, Morgana y Selena se prepararon para enfrentar otro día de clases y desafíos en el mundo de los nobles con dones mágicos.

Ralff, con su pelo negro y sus penetrantes ojos rojos, se levantó temprano. Sabía que tenía que seguir practicando con su don del viento si quería tener alguna posibilidad de desbloquearlo completamente. Se dirigió al patio de entrenamiento, donde el viento frío del norte lo saludó.

Los gemelos, por otro lado, tenían un don peculiar: el rayo. Durante las lecciones de magia, causaban pequeñas chispas y rayos inofensivos que asombraban a sus compañeros. Era fascinante ver cómo su energía se manifestaba en forma de destellos eléctricos.

Selena, la recién llegada al grupo, demostró su don especial en una clase de música. Su talento se manifestó a través de melodías encantadoras que llenaron el aula de armonía y emociones. Los estudiantes se sintieron atraídos por su música, y pronto, Selena se convirtió en una figura popular en la academia. La joven violinista, prefería pasar sus mañanas en la sala de música, afinando su talento musical.

En la primera clase del día, el profesor de magia les enseñó sobre el control de sus dones. Ralff intentó concentrarse, pero el don del viento seguía siendo esquivo. Daeron y Morgana demostraron su habilidad para dominar sus poderes mágicos, y Selena impresionó a todos con una hermosa interpretación en su violín.

Luego, se dirigieron a la clase de etiqueta, donde se les enseñaba cómo comportarse adecuadamente en la sociedad noble. Ralff y sus amigos se sintieron fuera de lugar entre los estudiantes de familias influyentes, pero sabían que era crucial aprender las normas sociales para sobrevivir en el mundo de los ducados.

Por la tarde, asistieron a una clase de historia de los ducados, donde se exploraron las rivalidades políticas y la historia complicada entre las regiones. Ralff y sus amigos se sintieron incómodos al recordar los comentarios hostiles que habían enfrentado de otros estudiantes.

Al final del día, Ralff se reunió con Daeron, Morgana y Selena en su habitación. Compartieron sus experiencias y frustraciones, pero también su determinación para sobresalir en la academia y hacer frente a los desafíos que se les presentaban.

Así continuaron avanzando en sus clases y enfrentando la vida en la academia, mientras sus lazos de amistad se fortalecían. A pesar de las tensiones y rivalidades políticas, Ralff y sus amigos estaban decididos a demostrar que su lugar en la academia estaba bien ganado.

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Los cuatro amigos, Ralff, Daeron, Morgana y Selena, decidieron disfrutar de un rincón tranquilo en el jardín de la academia. El lugar era perfecto para evadirse del ajetreo del día y charlar sobre sus clases, inquietudes y, a menudo, sobre los oscuros secretos de sus respectivas familias nobles.

Sentados en el césped bajo la sombra de un antiguo roble, compartieron risas y conversaciones animadas mientras el sol de la tarde se filtraba entre las hojas. Selena, la apasionada de la música, comenzó a tararear una melodía suave, lo que provocó una sonrisa en los rostros de sus amigos.

Daeron, con su mirada curiosa, observó las nubes que se desplazaban lentamente por el cielo. "¿Alguna vez os habéis preguntado cómo sería vivir una vida sin estas restricciones nobles? Sin todas estas intrigas políticas y rivalidades familiares."

Morgana, reflexiva, respondió: "A veces, Daeron, solo quiero ser libre para ser quien realmente soy, sin que mi apellido defina mi destino."

Ralff asintió en silencio, compartiendo el sentimiento de sus amigos. Los cuatro sabían que su amistad era única en un mundo donde las lealtades familiares a menudo los separaban. La academia era su refugio, un lugar donde podían ser ellos mismos y dejar atrás las sombras que envolvían sus vidas nobles.

      Serafina Astaroth llegó al rincón del jardín de la academia acompañada por dos chicas de aspecto pijo y altivo. Sus primos, Daeron y Morgana, se tensaron inmediatamente al verla. La tensión entre los tres primos era palpable debido a su origen fuera del matrimonio, lo que siempre había generado fricciones en la familia Astaroth.

Serafina, con una expresión de superioridad, dirigió su mirada a Daeron y Morgana. "¿No podéis hacer nada bien, verdad?", espetó con sarcasmo. "En lugar de comportarse como Astaroth, estáis aquí jugando con los enemigos de nuestra familia."

Daeron, con los ojos chispeando de ira, respondió con determinación. "Nuestra sangre es Astaroth tanto como la tuya, Serafina. No te creas superior solo por nacer dentro del matrimonio."

Morgana, por su parte, no se quedó atrás. "No tienes derecho a decirnos con quién debemos relacionarnos. Nuestra amistad no te concierne."

Serafina bufó, claramente molesta. "Siempre seréis los bastardos de la familia, sin importar lo que hagáis. Dadle la espalda a vuestros amigos nobles y demostrad algo de lealtad a vuestra sangre."

La tensión se mantuvo mientras las palabras de Serafina colgaban en el aire. Los cuatro amigos, en silencio, se enfrentaban a la presión de mantener sus amistades en un entorno de rivalidades políticas y diferencias familiares.

RivenholmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora