Rhaenyra VI

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Subete perra, vamos a actualizar esta historia.

Todos los errores son míos, porfi lean la nota al final.

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La vida en Dragonstone es… pacífica. O más pacífica de lo que ha sido en la corte, al menos. Tan pacífica como puede ser con seis niños.

Jace y Luke se han reconciliado con Aemond, ahora permiten que su hermano los ayude en sus clases de diplomacia y valyrio. Helaena se ha convertido en una excelente jinete de dragón, su vinculo con Dreamfyre es todo un espectáculo, aunque su dulce niña no elige montar a diario. Daeron, es simple y llanamente el niño más alegre y amigable que ha existido en su familia; siempre tiene una sonrisa en su infantil rostro, y palabras educadas en su lengua, preparadas para alagar a cualquiera, tanto nobles como simples sirvientes, también ha probado, a su corta edad, tener un gusto particular por tomar decisiones que aterran a sus madres. Desde saltar de peldaños rocosos, hasta correr desnudo por los oscuros pasillos de la fortaleza. Daeron, el osado, lo apodaron sus hermanos, debido a la implacable voluntad del niño por ser regañado por sus madres.
Pero, la gran sorpresa para todos, es Aegon.

Ha habido un cambio, uno grande y ciertamente muy positivo en su heredero, y Rhaenyra no puede hacer nada más que maravillarse día a día.  Su primogénito ha comenzado a prestar atención en sus clases, a menudo discute diplomacia con Alicent, y ha comenzado a ayudar a Rhaenyra con sus cartas. Incluso ha llegado tan lejos como para sugerir invitar nobles a hospedarse con ellos.

“No soy tonto, madre, y seré Rey algún día, se que los aliados jamás sobran.” Había respondido cuando Rhaenyra preguntó de donde surgió la idea de entablar aún más relaciones con Señores del Reino.


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“Se que dijé que los aliados jamás sobran.” La voz de Aegon detrás de ella la sorprende, obligándola a apartar la mirada de la playa debajo de ella. “¿Pero que tanto necesitamos a los Lannister?”

Rhaenyra se ha estado preguntando lo mismo desde hace días.

Jason Lannister ha llegado a Dragonstone, como su invitado de honor, hace menos de media luna, junto con algunos otros miembros de su casa, y desde entonces no ha dejado de merodear alrededor de Alicent.

“Esta todo el tiempo a su alrededor, es como un perro faldero.” Murmura su hijo mayor amargamente mientras se pone a su lado, acompañándola en su diligente tarea de vigilar al gemelo Lannister y la mujer Hightower.

Abajo, en la playa, ambos caminan tranquilamente, acompañados, por supuesto, de un sequito de guardias, y Daeron, a quien Rhaenyra, puede o no, haber despertado de su siesta temprano.

Niño traidor. Piensa mientras lo ve reír y jugar con el león dorado.

“¿Por qué lo permites?” Pregunta Aegon a su lado. “Tú eres su esposa, y la heredera al trono, podrías pedir su cabeza por esto.”

Rhaenyra siente que su estomago se retuerce ante la pregunta. Aegon acaba de pasar su decimo tercer onomástico, pero aún conserva la inocencia de un niño pequeño, y Alicent, en su gran sabiduría, no ha dejado que los chismes de la corte lleguen a sus oídos.

“Porque, hijo mío,” Comienza, alejándose del balcón y animándolo a seguir su ejemplo. “tu madre es una mujer muy interesante, Lord Lannister no es ni la primera, ni será la ultima persona que quiera disfrutar de su compañía. Y eso es todo lo que hacen, disfrutan de la compañía el uno del otro. Pedir la cabeza del hombre, no solo sería irracional, sino que también ensuciaría el nombre de tu madre.”
Ante la mención de su madre, Aegon cuadra sus hombros. Siempre el fiel caballero.

“Bien, pero si intenta algo, yo mismo lo daré de cenar a Sunfyre.”
Rhaenyra fuerza una risa y los dirige afuera de su habitación.

Una vez que Aegon se adelanta a ella, finalmente se puede permitir descender a lo más oscuro de su mente. Allí, una voz malvada le dice que no tiene derecho a estar celosa y que, de hecho, Alicent esta en todo su derecho de disfrutar de la compañía de un hombre, o una mujer.

Esto, por supuesto, no hace que las tripas de Rhaenyra se sientan menos revueltas ante el pensamiento de alguien más poniendo sus manos sobre su esposa.

Antigua ley, nueva historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora