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KEVIN NUNCA SE HABIA SENTIDO DIFERENTE O del todo cómodo entre mujeres —debido a su madre, insistía Sam— pero Jennifer parecía diferente. Él sabía que su trabajo, como profesional, era generar confianza, pero había visto en sus ojos más que fachada profesional; había visto a una verdadera mujer que se había ganado su simpatía más allá de las exigencias laborales. No estaba seguro de cómo eso expresaba su capacidad como investigadora, pero sintió que seguramente podía confiar en su sinceridad. Por desgracia, eso no contribuía a la seguridad en sí mismo.

Kevin fue hasta el teléfono y marcó el número de Samantha. Ella contestó al quinto timbrazo.

—Sam.

—Hola, Sam. El FBI acaba de estar aquí.

— ¿Y?

—En realidad, nada nuevo. Ella cree que se trata del Asesino de las Adivinanzas.

— ¿Ella?

—La agente. Jennifer Peters.

He oído de ella. Escucha, cabe la posibilidad de que hoy yo deba regresar en un vuelo a Sacramento. La verdad es que estoy hablando con mi oficina por la otra línea. ¿Te puedo devolver la llamada?

— ¿Está todo bien?

—Dame algunos minutos y te explicaré, ¿de acuerdo?

Él colgó y miró el reloj. Las 8:47. ¿Dónde estaba la policía? Revisó el lavavajillas. Medio lleno. Vertió un poco de detergente y lo encendió. Tardaría una semana en llenarlo, y para entonces empezaría a oler mal.

Slater tendría las manos llenas; eso era muy bueno. Sin duda Kevin estaría seguro entre Sam, Jennifer y la policía de Long Beach. Se fue al refrigerador.

Jennifer cree que soy bueno. No me importa si lo soy... quiero estar vivo. Y no me importaría si Slater estuviera muerto. ¿Cuan bueno es eso? Si un hombre chismea, ¿no es bueno? El obispo chismea, por tanto no es bueno. Kevin suspiró. Heme aquí divagando otra vez mientras estalla el mundo a mi alrededor. ¿Qué diría el psicoanalista al respecto?

No sé por qué lo hago, doctor, pero pienso las cosas más extrañas en los momentos más extraños.

Así actúan todos los hombres, Kevin. Así actúan todos. Las mujeres no, por supuesto. El femenino tiende a ser el más inteligente o al menos el más estable de los sexos. Entrégales la nación y al despertar encontrarás los baches de las calles rellenos como deberían haber estado hace un año. Solo eres un hombre en busca de su camino en un mundo trastornado que cada vez se trastorna más, más loco que una cabra. Le pondremos fin a eso la próxima sesión si depositas otro cheque allá en la caja. Doscientos esta vez. Mis hijos necesitan...

Kevin abrió de un tirón el refrigerador. Se había olvidado abrirlo, pero ahora, parado frente a la puerta abierta, la jarrita de leche captó su atención. Alguien había garabateado un enorme tres sobre la jarrita Albertsons con un marcador negro, y encima tres palabras: Está muy oscuro

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2015 ⏰

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Tr3s.Ted Dekker.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora