No podía quejarse, tampoco tenía motivos para hacerlo cuando tenía comida y un techo para vivir.
El silencio es una de las tantas cosas que Jungkook aprendió si de estar bien se trataba. Era su salvación como también su perdición, y de algún modo debía aguantarlas si aún quería mantener el bienestar consigo.
¿Valía la pena?
Un rayito de luz se filtraba en la abertura de ambas puertas de madera, el aroma de la materia siempre perenne en sus fosas nasales y al principio era abrumador, pero con el tiempo fue acostumbrándose al no tener de otras.
Abrió un poquito los párpados pesados y volvió a cerrarlos cuando aún tenía tiempo, pensaba que tenía tiempo, un poco de tranquilidad era suficiente antes de empezar la jornada del día.
Mas las puertas se abrieron de par en par, la manta que lo cubría fue arrebatada y el frío lo corrompió en un escalofrío atroz.
—Levántate, muchacho, ya es hora —la anciana le reprochó, tirándole la manta encima y el adolescente se la quitó de su cabeza, aún soñoliento y con el sistema motor lento—. Apresúrate.
Inhaló lento por la nariz y exhaló tras enderezarse, el cuerpo doliendo horrores ante la posición porque no tenía de otra que acoplarse al espacio reducido de ese ropero viejo. Tampoco podía quejarse, no tenía a dónde ir, y nadie querría a un escuálido chiquillo de trece años con manos ásperas y lastimadas y débil; muy débil.
—¿C-cómo se encuentra? —preguntó despacio, frotando los párpados pesados con los dedos—. Tengo hambre.
—Consigue el pan por ti mismo, sabes que nada es gratis —ella le reprochó, alejándose hacia esa mesa de madera, tomando lugar en cuanto pudo—. Jungkook, ¿no?
—Sí.
—Bien —ella asintió tras ingresar los dejos a la oreja de una taza, el té humeando— Este viernes cumples catorce, debería conseguirte un alfa antes que madurez más. Los omegas mayores pierden su atractivo y no es agradable, ¿sabes? La carne tierna siempre es la mejor.
El omega le miró las manos arrugadas, algo lastimadas por cortar leña. Era el único sustento, una vieja omega de setenta y cinco años dedicada a la venta de leña en el mercado de forasteros, él era el repartidor y, a pesar de todo, digamos que el trabajo es lo suficientemente sostenible, al menos alcanzaba para comer y obtener cosas básicas.
—¿Qué pasará después? —preguntó y la mujer le miró con confusión, quizás algo molesta.
—¿Qué pasará después? ¿En serio lo preguntas, niño? —le reprochó, a lo que Jungkook apretó sus labios, frotando con el empeine de un pie el talón del otro.
—Yo quiero jugar, no quiero un alfa.
—No eres un niño —ella le negó, algo mofada—. Hace un mes te presentaste cómo omega, eres lo suficientemente capaz de parir cachorros y atender a un alfa. Aprovecha que eres joven y atractivo, la juventud se acaba.
No le interesaba, era algo indiferente a las palabras de la vieja cuando de ideas retrógradas se trataba.
Estiró la mano hacia el cesto de pan y la retrajo enseguida ante el manotazo, la piel ardiendo, las articulaciones doliendo.
—Te lo dije, consigue el pan por ti mismo.
—Solo quiero uno.
—Será tu recompensa luego de vender toda la carga.
—¿Y si no la vendo toda? —el chico le reclamó, tan solo quería comer, aunque sea un poquito—. Señora, en serio tengo mucha hambre, ayer ni siquiera cené.
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ETERNAL WINTER FOREST | KTH&JJK [En emisión]
Fanfiction❝Esto es una aberración, deshazte de ellos. ❞ ❝Yo formé esta familia, y la protegeré incluso si me cuesta la vida.❞ El bosque es un lugar prohibido para muchos, pero es un hogar para dos almas que fueron destinadas por el eterno invierno. ➪Taehyung...