ETERNAL WINTER FOREST | KTH&JJK [En emisión]

Capítulo 14

¿Cómo se supone debía sentirse?

Ni siquiera podía tomar asiento al estar minutos de un lado a otro al exterior del consultorio.

Jungkook le miró con suavidad, teniendo a Yeong en brazos en la espera de Yoongi. Entraron con normalidad a esa clínica privada, rogando en no toparse con Seokjin cuando también trabajaba allí, aunque su recurrencia era inusual.

—¿Estás seguro, Jungkook? —Taehyung le preguntó, deteniéndose en su delante, en la banqueta en la que el omega estaba sentado y Jungkook le miró, sin palabras de por medio, solo abrazando a Yeong porque estaba más inquieta de lo usual—. Por favor, dime si estás seguro. Los nervios me están matando. Mira, estoy sudando frío. Me va a dar un infarto.

El omega unió las cejas pobladas.

—No le puede dar un infarto.

El alfa negó con la cabeza, y finalmente se sentó en la banca a su par.

—Claro que no, es una hipérbole —dijo, recibiendo enseguida la mirada curiosa del otro. Quizás debería explicarle ya que Jungkook tendía a tomarse todo al pie de la letra.

—¿Qué es una hipérbole?

—Es decir algo de manera exagerada, sin ser literal.

Oh

El omega le siguió mirando por unos segundos, en silencio, y bajó la mirada hacia Yeong acurrucada contra su pecho, las pestañas largas y tupidas siendo un detalle.

—¿Tiene miedo de lo que vaya a pasar a partir de ahora? —preguntó de repente y el alfa suspiró, relajando la espalda contra el respaldo del asiento, las blancas luces del pasillo cegándolo un poco.

—No puedo afirmar nada, Jungkook —le contestó apacible—. Pero cualquiera que sean los resultados, yo estaré ahí, siempre.

La pausa que Jungkook hacía comenzó a ser habitual, y Taehyung ya estaba acostumbrándose.

—Si no hay ningún cachorro en mí, prometo ya no volver a decirle para que me embarace —el omega comentó, atrayendo la atención del alfa que lo miró con la cabeza tumbada contra el filo del respaldo—. Ya no voy a ponerlo en aprietos.

—La verdad...que la idea de tener un cachorro me hace tener un cosquilleo en el pecho. En algún momento tendré cachorros, pero no creí de este modo —Taehyung confesó, como si lo que estuviera diciendo fuera un simple comentario. Sin embargo, no lo era para Jungkook.

—En mi territorio, tenemos la costumbre de hacer rituales a la Diosa Luna —comentó, recargando a la cachorra en un solo brazo para picarle la regordeta mejilla con el dedo índice de la otra mano—. Cuando un alfa busca pareja, se reúne a todos los omegas solteros menores que el alfa. Muta y si su lobo acepta a un omega y viceversa, son destinados.

Oh vaya.

—Eso es... demasiado interesante y sorprendente —dijo Taehyung con sinceridad—. Supongo que tú...

—No, yo no tuve esa oportunidad —Jungkook sacudió la cabeza—. Mi destino no es como el de los demás omegas de allá. La anciana me dijo que debía ser así, pero al morir, mi destino fue... arrebatado —levantó a la cachorra para acariciar su piel delicada con la punta de su nariz—. Omegas como yo no son para un solo alfa.

Taehyung se enderezó, encontrándose con la mirada del omega y Jungkook tragó, ¿qué debía hacer? Los ojos de este alfa eran un detalle que no podía ignorar; lo miraba como si supiera algo más profundo que sus pensamientos.

—Jungkook, tú eres valioso —Taehyung le confesó, deseando poder convencerlo, deseando que Jungkook finalmente cediera a cambiar su manera de pensar. Pero por más que lo intentara, este parecía negarse a creerlo.