ETERNAL WINTER FOREST | KTH&JJK [En emisión]

Capítulo 8

Taehyung no recordaba la última vez que fue interrogado por un omega; quizás fue su madre cuando regresó a la Casa Kim tras la ruptura de su relación.

Estaba dentro de un bucle, y ahora podía confirmarlo al tener al omega que alguna vez amó frente a él: su ceño fruncido, el aroma dulce siendo amargo, y la tensión a flor de piel.

No debía suceder, no podía permitirlo, pero su cuerpo se negaba a responder como deseaba. Mientras tanto, el omega de ojos hermosos y una calma inalterada simplemente observaba al otro como si fuera alguien sin importancia, como si fuera normal escuchar regaños con gritos y humillaciones. Eso era precisamente lo que Jung Hoseok estaba haciendo.

—Entonces, ¿por eso has estado actuando tan extraño últimamente, verdad? Embarazaste a un omega y ahora lo mantienes escondido con una cría aquí. ¡Oh, y no es solo cualquier omega, es un forastero, un maldito forastero!

La bebé entre sus brazos emitió un suave quejido, mientras su intento de levantarse fue detenido por la mano de Jungkook en su muslo. Taehyung juró, Dios, que si Hoseok no se detenía, sería capaz de tomar medidas de las que tal vez se arrepentiría más adelante.

—¿Estás seguro de que es tu hija? —insistió el omega, viendo cómo los músculos de los jóvenes se tensaban—. Los forasteros se guían tanto por sus instintos que cuando entran en celo, se aparean con el primer alfa que encuentran. Parece que te sedujo completamente.

Los brazos de Jungkook se volvieron rígidos apenas el alfa le entregó a Yeong, la perplejidad haciéndose presente cuando se puso en pie y encaró al omega, quien jadeó entre la sola esencia, bajando la cabeza.

—Mírate, es una pena que una persona de tu clase demuestre actitudes tan míseras. ¿Crees que al decir esto serás más que los demás? Dejas mucho que desear, hyung. Si antes sentía lástima por ti, ahora me resultas repugnante.

Hoseok tembló, sus ojos ámbar intentaban imponerse, pero Jungkook permaneció imperturbable, logrando de alguna manera mantener a la bebé contra su hombro mientras con la mano libre se preparaba para contener a Taehyung en caso de que las cosas empeoraran.

—Esa niña...

—Es mi hija —admitió, llenando el lugar con un silencio abrumador, los ojos de Jungkook se abrieron notablemente. Por la Diosa Luna—. Por más que digas y arrojes insultos, las cosas no cambiarán. De hecho, ni debería responder porque ya dejaste claro mucho en tan poco. Ni siquiera puedo mirarte a la cara.

El aludido se encogió, sin poder mirarlo a la cara. Pensó que podía decir algo, pero el aura, la esencia y la presencia de un alfa enfurecido eran imposibles de seguir.

—¿P-por qué me dices eso, Tae?

—Tu desfachatez no tiene límites —masculló el alfa, haciendo que el omega retrocediera por instinto y cayera sentado en el sofá individual, quedándose quieto, sus ojos fijos en los destellos ámbar—. No sabes nada, asumes cosas que podrían resultar erróneas, y cuando metes la pata, tienes la audacia de hacerte la víctima para recibir un perdón que no mereces. Acabas de perturbar la paz de esta cabaña. Incluso has ofendido a Jungkook y a una bebé que no te han hecho nada. ¿Qué te sucede?

—Está bien, lo reconozco, no debí hacer eso. No tengo excusa para mi imprudencia —admitió mostrando las palmas hacia arriba, como un intento de calmar al alfa—. Pero estaba preocupado por ti, muy preocupado. Pensé que te había ocurrido algo porque no respondías mis llamadas. Recibí los planos y otros proyectos, pero necesitaba tu opinión. No puedo hacer esto solo, prometimos trabajar juntos. Me siento abrumado, ¿y para qué? —se puso de pie y Taehyung se tensó cuando señaló a Jungkook con la bebé—. Para descubrir que has embarazado a un omega forastero y lo tienes aquí, oculto de todo. Sabes que los secretos salen a la luz tarde o temprano.