Capítulo 2

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Kihyun había estado desesperado. Lleno, de una agitación febril que lo había impulsado a hacer lo que había hecho.

Pero no había tenido alternativa.

La sirena de la ambulancia reverberó en su memoria... cinco años atrás, llevando a su padre al hospital. Había sufrido un ataque al corazón y todo había sido por su culpa, por contarle lo que acababa de enterarse acerca de Maunder Marine Limited. Que los habían comprado y que su programa de inversión corporativa tendría que esperar hasta que los nuevos propietarios, Son International, le hubieran dado luz verde. Le habían advertido de que eso podía tardar meses.

Durante los cuales Yoo Yatch Design no tendría idea de si la adquisición salvadora de MML llegaría a seguir adelante.

Y sin esa certeza, la empresa de su padre sucumbiría a las deudas a medida que los acreedores ejecutaran los bienes de que disponía. Sería el fin de la compañía... y de su padre. Éste vivía para la empresa creada por él, vivía para diseñar yates. Era una vocación. Una obsesión. Que le ocupaba toda la vida y le daba el único significado que tenía.

Y él, su hijo, no le serviría de consuelo. A menos que pudiera salvar la empresa.
Había abandonado la unidad de cuidados intensivos, a su padre conectado a cables y monitores, para regresar a la oficina.

Y hacer una llamada.

Debía haber una manera de conseguir la aprobación para la adquisición por parte de MML. Él había sido el primero en abordarlos con la propuesta, en convencer a la empresa más grande de que Yoo Yatch Design era una compra rentable. Tenía la agenda de pedidos al máximo y la reputación técnica de la compañía era sobresaliente, pero la descapitalización crónica y la creciente carga de los intereses de la deuda, sumados a la cancelación de un pedido ya acabado de un cliente importante, los había empujado al borde del abismo.

¡Debía conseguir la adquisición por parte de MML!

Pero ya no dependía de ellos. El visto bueno debía darlo Son International.

Tenía que convencerlos de que invertir en Yoo Yatch Design daría buenos dividendos, tal como había convencido a la gente de MML.

Pero se había topado con un muro de piedra. Le habían informado de que era un procedimiento corporativo estándar frenar todas las inversiones importantes de las compañías adquiridas hasta haberlas estudiado. Había llegado lo más arriba que había podido en el escalafón ejecutivo, y la respuesta siempre había sido la misma.

De modo que en un último intento desesperado, había apuntado a la cima.
Son Hyunwoo, presidente de Son International.

Sólo necesitaría quince minutos. Pero su secretaria personal había fulminado todas las esperanzas concebidas.
Sí, el señor Son se hallaba en ese momento en Londres, pero tenía la agenda completa, incluidas las noches, y en tres días regresaría a Grecia. Quizá el mes siguiente...

Pero entonces sería demasiado tarde.

Sin embargo, su secretaria le había dejado un atisbo de esperanza, ya que había mencionado que en su última noche en el Reino Unido, Son Hyunwoo asistiría a una cena de negocios en uno de los mejores hoteles del West End.

Había sido su última, última oportunidad...
Recordó cómo lo habían atenazado las garras de la ansiedad al pensar, sentado a la mesa del banquete, que no aparecería...

Que todo había sido en vano. Que se había dejado una pequeña fortuna para conseguir una entrada para la cena, en un traje nuevo y en una sesión en el salón de belleza, con un dinero que apenas podía permitirse pagar, y por nada.

Hijo en venta [ShowKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora