Capítulo 11

282 41 5
                                    

—¿Lo ve? Le dije que el doctor Paniotis estaría complacido con su progreso. — La voz del enfermero Minhyuk era una mezcla de reafirmación y satisfacción.

Kihyun sonrió débilmente. Podía oír el sonido del helicóptero que se llevaba al médico de vuelta al continente.

Estaba recobrando las fuerzas, pero lo invadía la depresión. Así había sido toda la noche y toda la mañana. Y sabía qué lo había causado.

Tenía ganas de llorar.

—Y ahora, una buena taza de té y luego podremos vestirnos.

Asintió con desgana. Aún no se había levantado, ya que había esperado que el médico terminara de examinarlo. Winter se había llevado a Eunjun y, al parecer, Hyunwoo se hallaba ocupado en su despacho desde primeras horas de la mañana. No lo había visto.

Aceptó la taza que le ofreció el enfermero. Mientras bebía, oyó pisadas y voces apagadas en el exterior. Y unas risitas. Luego, una llamada sonora a su puerta.

El enfermero Lee fue a abrir.

—¡Santo cielo! —exclamó—. ¡Unas flores andantes!

Detrás del ramo se escuchó una risa deleitada.

—¡Soy yo! ¡Soy yo! —exclamó Eunjun, y bajó las flores lo suficiente como para que se le viera la cara—. Papi, papi... ¡son para ti! —se acercó a la cama y depositó el ramo de flores sobre su regazo—. ¿Te gustan, papi? ¡Vinieron en el helicóptero! ¡Desde la ciudad! ¡Lo ha dicho papá!

—Son preciosas —tenía las emociones confusas y enmarañadas—. Gracias —se adelantó y le dio un beso.

—Son mías y de papá —informó Eunjun.

—La tarjeta es mía.

La voz de Hyunwoo desde el umbral sonó baja, pero pareció hacerle algo a sus entrañas. Vio la tarjeta y la abrió.

       Por favor, perdóname. Hyunwoo.

La miró incrédulo. Luego lo miró a él.

Hyunwoo fue hacia él sin dejar de mirarlo. Se detuvo al pie de la cama y en ese momento Stavros entró cargado con cajas.

El enfermo Lee lo ayudó a depositarlas sobre una silla.

—¡Papá ¡Papá! ¡Hay más regalos! ¿Te puedo ayudar a abrirlos? ¿Por favor, por favor?

Kihyun asintió y de inmediato el pequeño se lanzó sobre la caja superior.

—No es más que ropa —comentó desilusionado.

—A tu padre le gustarán —dijo Hyunwoo. Miró a Kihyun —. Al menos, eso espero.

—Iré a ponerlas en agua —anunció Minhyuk, saliendo en compañía de Stavros y con el ramo en las manos.

Kihyun se quedó con Eunjun, su padre y un montón de ropa.

Ropa bonita. De playa de colores vibrantes y cara. El tipo de ropa que se ponían los hombres que frecuentaban el mundo de Hyunwoo. 

Divertido, miró a su hijo hurgar en las cajas al tiempo que lanzaba prendas al azar sobre la cama.

—¿Te gustan? —preguntó Hyunwoo—. Winter me dio tu talla e hice que un profesional las escogiera y las mandara. Pero si no son de tu gusto, se pueden cambiar por otras.

—No puedo aceptarlas.

Él frunció el ceño.

—¿Por qué dices eso?

—¿Por qué crees?

Una manita tiró de la suya.

—Papi, ¿no te gustan?

Hijo en venta [ShowKi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora