~Sueños Cumplidos~

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─── ∙ ~εïз~ ∙ ───

El corazón de ese halcón no podía con tanta felicidad, se sujetó el pecho y se acunó con los ojos llenos de lágrimas, por supuesto que esto asustó a su mujer. 

- ¿Qué tiene?, ¿Qué pasa? - Preguntó sentándose pero él sólo negó con la cabeza. - Míreme por favor. - Y cuando lo hizo su rostro era un mar de llanto. 

- ¡Estoy tan feliz Fuyumi san! - Dijo abrazándola y de pronto la soltó, se pasó el brazo por la cara y se levantó. - ¿Ya desayunó? No, ¿verdad? No haga nada, quédese aquí, yo haré todo. - 

- ¿Eh? - 

- Yo cuidaré de usted, de... de los dos. - Y de nuevo se le abnegaron los ojos así que volvió al futón y la abrazó de nuevo. - Me alegra poder darle lo que merece. - 

- No vuelva a rendirse conmigo jamás, así como ese día que regresó a dejar la sombrilla, así siga intentándolo. - 

- No lo volveré a hacer. - Respondió con un puchero en el rostro. 

- Por su amor yo haré cualquier cosa, y ahora por él haré mucho más. - Dijo acariciando su vientre y sonriendo y él la abrazó. 

- Lo siento mucho, fui un idiota. - 

- Lo fue, pero sé que no volverá a pasar porque seremos papás y no podemos ser imprudentes... - 

- Así es... 

Por supuesto que Fuyumi tuvo que corroborar sus sospechas en un médico y este le dio las buenas noticias, serían padres y nacería para inicios del invierno; pero debían prepararse y ella debía tener mucho cuidado porque el que haya tenido problemas para concebir no era buena señal. 

- Debe cuidarse mucho, los primeros 3 meses procure no esforzarse para que no se desprenda y lo pierda; después tendrá  algunas libertades y acercándose el final, reposará de nuevo para evitar algún accidente. - A Fuyumi no le gustó eso, pero no tenía más remedio, haría todo lo posible para cuidar de su bebé así tuviera que quedarse todo el embarazo en casa. 

- Keigo san. - 

- Dígame que necesita. - 

- Antes de encerrarme por nueve meses, le pido que por favor me lleve al mar. - 

- ¿Al... mar? - 

- Si, quiero conocerlo. - Hawks asintió porque comprendía que iba a ser muy dificil para ella quedarse encerrada todo lo que restaba del año así que la llevó al mar. La alba dama se quitó las sandalias y los tabi para dejar que el agua tocara sus pies; a Hawks se le hizo muy llamativa la imagen y se acercó para jugar con ella. Ambos se mojaron y corretearon por la playa como si fueran unos niños, y cuando estaban todos llenos de arena y empapados decidieron que debían volver, pero antes ella se detuvo y le miró a los ojos. - Keigo san. - Comenzó colocando las manos en su vientre y él sonrió. - Si es un niño quiero que se llame Kai y si es niña, Umi. - 

- Mar. - 

- Así es. - 

- Claro que sí mi hermoso pez. - 

- Que curioso que me llame pez koi, nuestro bebé será el mar y los koi son de agua dulce. - 

- No piense mucho en eso que su padre es un halcón. - 

- ¡Jejejejejeje! - Felices y cansados regresaron a casa para prepararlo todo... 

El pupilo de Hawks quedó entre los primeros 5 lugares y eso generó mucho dinero para su instructor, de esa manera pudo comenzar a preparar una habitación para el bebé. El mismo día que fue a comprar materiales para acondicionar la otra habitación sobrante, le mandó Fuyumi una carta para que el halcón la dejara en el servicio postal, ahí la dama invernal le contaba todo a su madre. 

~La Historia del Halcón y el Pez Koi~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora