part 4

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Helena la miró molesta -Mamá, soló porqué lo tuyo con papá no funcionará, no quiere decir que yo no pueda ser feliz si me casó.

La mirada de Eleonor se
ensombreció, y bajó la
vista para no encontrar la mirada
desaprobadora de su hija
mientras recogía los platos.

-Tu padre y yo fuimos muy
felices al principio -corrigió -soló que él era demasiado inquietó, y empezó a aceptar vuelos intercontinentales, y yo empecé mi negoció. Supongo que los dos fuimos demasiado egoístas como para dar nuestro brazo a torcer -dijo encogiéndose de hombros.- Son cosas que pasan.

-¿Todavía lo amas?

La mujer se volvió hacia ella y enarcó una ceja. -El amor es un mito.

-Oh, mamá -volvió a suspirar Helena.

Eleonor se rio suavemente y meneó la cabeza. -Sueña si quieres, hija. Yo me conformó con tener un techo sobre mi cabeza, un trabajo con el que mantenerme, y... ¿Cuándo te has comprado ese vestido? -inquirió de pronto, mirándola por primera vez.

Helena esbozó una sonrisa pícara. -Es tuyo.

La señora Dubois puso los brazos en jarra y torció el gestó. -¿Cuántas veces te he dicho que no toques mi armario?

-Soló unas doscientas. -respondió Helena con sorna -Es que nunca me compras nada así de sexy.

- Ya, y supongo que te lo has puesto para intentar seducir a Mingi, ¿me equivocó?. -murmuró su madre -Púes debo decirte, jovencita, que harías mejor en desistir en tu empeño. Es demasiado mayor para ti, y aunque tú te niegues en ignorar ése hecho, él es muy consciente de ello. Anda, ve a cambiarte, te invitó al cine.

-De acuerdo.

Mientras subía las escaleras, la joven se dijo que era estupendo tener a una madre con la que poder hablar como con una amiga, pero ni siquiera ella parecía tomarse en serio sus sentimientos por Mingi.

Su obsesión por él había llegado a tal punto, que le había dado la lata a su madre hasta que le había dado un puesto de administrativa en la inmobiliaria soló porqué Mingi iba allí frecuentemente en busca de nuevos terrenos en los que invertir.

La idea había sido que al verla más a menudo tal vez se fijaría en ella de una vez, pero no parecía que estuviera funcionando.

Sin embargó, ella no se había dado por vencida, se las apañaba para conseguir una invitación a las fiestas a las que acudía Mingi con frecuencia, se "tropezaba" con él a la hora de comer en algún restaurante, en la oficina de correos, en el supermercado...

A la mayoría de la gente aquéllo les hacía gracia, pero Helena se temía que estaba empezando a hartar a Mingi.

¡Si tan solo la mirara!.



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(Song Mingi)

(Song Mingi)

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(ATEEZ)

(Yunho n' Mingi)

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(Yunho n' Mingi)

¡Nuevas fotos de ATEEZ!. 🖤💫

¡¡QUE LINDOOS!!. 💞

Perfecta Para Él // Song Mingi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora