Tras su gran estatura y sus
anchos hombros, Song MinGi escondía un corazón vulnerable.
Por eso siempre había evitado a las mujeres.
Aún que no podía dejar de pensar en su vecina.
Pues se decía, que ella era demasiado joven para él.
Helena tambié...
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¿Ya tienen a su Aniteez? 👀.
Yo aún no 😫.
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- El lunes que viene podre empezar. Hoy en la noche le dire a mi madre que busqué a alguien qué me reemplace.
- ¿Y eso no le causará a ella mucho problema?.
- Nop, no se preocupe por ello.- contestó Helena negando con la cabeza.- Al contrario, estará encantada. Lleva años diciéndome que tengo que buscar mi propio camino. Lo que de verdad quiera hacer.
...
Y en efecto, su madre se sintió muy feliz por ella cuándo le dio la noticia al llegar a casa.
- Ya era hora, hija.- le dijo.- Pensé que ibas a quedarte siempre en la oficina. Me encantaba tenerte allí naturalmente... pero...
- Pero las dos sabemos qué si te pedí ése puesto, fue para poder ver más seguido a Mingi.- concluyó Helena frunciendo los labios.- Y esa es la razón por la qué dejo la inmobiliaria. Quiero cortar para siempre con mi actitud de antes, pero tengo que hacerlo del todo.- explicó a su madre.- Además, el señor Taylor es un hombre encantador y ya sabes qué también el arte me apasiona. Quiero hacer algo útil con mi vida, algo que me llene. Y el matrimonio... bueno, quizá algún día, pero todavia no.- Le dio una sonrisa a medias.
- Buena chica.- aprobó su madre acariciándole la mejilla.- Aún eres joven. Tienes mucho tiempo por delante.
- Si, tengo mucho tiempo por delante.- repitió Helena con una mirada triste en sus ojos almendrados.
Se sentía un poco pérdida, pero no quería ponerse a suspirar de tristeza por cada rincón de la casa.
- ¿Qué te parece si vamos a cenar fuera, para celebrar lo de mi nuevo empleo?.- propuso.
- Me parece una idea magnifica.- dijo su madre sonriendo.- ¿Ha dónde quieres que vayamos?, ¿Al Beef Palace?.
Helena contrajo el rostro.
Ése es el restaurante favorito de Mingi.
- ¿No te apetece más ir a uno de comida francés?.
Eleonor se encogió de hombros
- Como quieras, cariño.
...
Horas después, cuándo salían del restaurante, se encontraban charlando animadamente.