iv. ❝You've got me ❞

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𝒊𝒗. ❝𝑴𝒆 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒂 𝒎𝒊 ❞

   ❝𝑴𝒆 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒂 𝒎𝒊 ❞

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Siempre salía corriendo. Era uno de sus defectos. Su madre solía recalcarle lo cobarde que era. La voz de su madre martillaba su cabeza. Diciéndole que era una decepción una y otra vez. Cleo llego a la enfermería, pálida, ya que su herida se había abierto y había perdido mucha sangre. Y una migraña fuerte que no la dejaba ni ver la luz del sol.

Pero ahí estaba, agradecía mentalmente que estuviera lloviendo, pero por la velocidad con la que salió, no se dio cuenta hasta ver a Merlina Addams con un paraguas.

—Addams. —Saludó decaída, sentada en las breves escaleras que iban de la puerta.

—¿Quién te hizo eso? —Pregunta con intriga, refiriéndose a los tres cortes en su mejilla.

—¿Te importa? —Respondió tajante.

—Realmente no. Pero me gustaría felicitar al culpable. Es un buen corte. —Cleo rodo los ojos ante la amargura de Merlina.

—Fueron mis hermanos. —Merlina alzo las cejas con sorpresa, definitivamente esperaba todo menos eso. —Ayer en la noche, mis quince hermanos me tomaron como su saco de boxeo. Lo hacen en cuando hay oportunidad.

—Te quedara una buena cicatriz.

—Lamento decepcionarte, pero tengo curación de lobo, ¿Recuerdas?

Cleo se puso de pie, para después marearse al instante, Merlina no tardo en ponerle una mano en el brazo.

—¿Eres tonta o no te has dado cuenta de que tu herida está abierta?

—Lo sé, pero prefiero desangrarme a entrar ahí y ver la cara de orgullo de mi familia.

Justo cuando Merlina iba a decir algo, Cleo la empujo, al ver que justo una estatua estaba apunto de caerle encima a la chica. Pero Cleo quedo en medio, sin embargo, alguien más la empujó, salvándola de la muerte.

(...)

Cuando las puertas de la enfermería se abrieron, Cleo tenia un poco de sudor cayendo por su frente, su herida goteaba sangre, además de que estaba mas pálida que la mismísima Merlina. Se encontraba en los brazos de nada mas ni nada menos que Xavier Thorpe.

Al despertar, su mejilla ya no le dolía, ni tampoco su cabeza, era reconfortante. Soltó un quejido cuando quiso sentarse, rápidamente en su campo de visión apareció Xavier.

—Buenos días, bella durmiente. —Saludo divertido. Cleo sonrió levemente. —¿Cómo te sientes?

—Confundida. Solo recuerdo haber hablado con Merlina, haber llorado, que mi cabeza me estaba matando y luego... Casi muero. —La castaña ladeo la cabeza con un poco de diversión. Pero al ver el rostro y la expresión de Xavier se enderezó.

—¿Vas a decirme que te paso ahí? —Xavier señalo la mejilla cubierta de la chica.

—Lo mismo de siempre. —Cleo se encogió de hombros.

—¿Qué es lo mismo de siempre? ¿Tus hermanos? —La chica hizo un ruidito de afirmación.

—Ding ding ding ¡Correcto! —Exclamo Cleo con falsa felicidad.

—¿Por qué lo hacen? Es injusto.

—La vida no es justa conmigo, Xavier. Mis hermanos, mi familia, mi abuela. ¡Todos me odian! Enid es lo único que me queda. No tengo nada. —Como algo automático, Cleo comenzó a derramar lagrimas silencio, como estaba acostumbrada.

Xavier, quien estaba sentado en una silla aparte, se puso de pie, sentándose en la camilla frente a Cleo, quedando lo suficientemente cerca.

—Me tienes a mí. —Recordó Xavier con una pequeña sonrisa, Cleo levanto la mirada mirando fijamente a Xavier quien se acerco un poco más y acomodó un mechón detrás de la oreja de la chica y de paso, limpio las pequeñas lagrimas que caían por las mejillas de esta. —..... Y a Yoko, Ajax.... Y a Bianca. Aunque no lo creas, me.... Nos importas mucho y nos preocupamos por ti. Enid sobre todo.

—No hay nadie que detenga a mi familia de hacerme daño, Xavier. Mi única salida es... —Xavier la interrumpió.

—Enlobarte, lo sé. Pero deberías de enlobarte a tu ritmo no al de ellos. Tú eres tú, ellos son ellos. —Cleo suspiro.

—Solo quiero que dejen de mirarme así. Duele Xavier, que mi familia me odie, me excluya. Y que no den ningún signo de amor por mí. ¡Solo quiero una familia normal que me ame tal cual soy!

—Yo lo hago. —Confesó Xavier. — Hemos sido amigos desde los doce, Leo. Y yo...

Entonces, un estruendo sonó. Fue entonces cuando la puerta se abrió dejando ver a Yoko y a Enid.

—¡Tonta! ¿Por qué no dijiste nada? —Exclamo Enid cuando entro con Yoko detrás.

Cleo quien estaba confundida por lo que Xavier le dijo, la miró con el ceño fruncido y gruño. Haciendo que Enid también lo hiciera.

—Contexto, plis. —Pidió la vampira.

—Te explico luego. —Respondio Cleo. —Solo quiero irme y-

—Alto, primero me explicaras una cosa. —Cleo ante el tono que utilizo la vampira, temió que se haya encontrado con Yoshi, pero luego soltó el aire que no sabía que contenía cuando Yoko dijo: —¿Dónde está mi cepillo de los colmillos?

—Eso es culpa mía, lo siento. Tenia que afilar mis colmillos para matar el día de hoy. —Yoshi irrumpió en la enfermería, deslizándose como si nada.

Enid soltó un grito, al ver a la cobra de verde escarlata aparecer en la solitaria enfermería.

—Olvide lo ruidosa que es esta parte... —La cobra suspiró. —Mucho gusto mi nombre es Yoshi com-

—Como el de Mario Bros. —Interrumpió Cleo con voz aburrida. —Chicos, Yoshi es mi cobra... Me salvo de los idiotas de mis hermanos.

Xavier, Yoko y Enid miraron a la castaña para luego mirar a la cobra.

¿Qué carajos paso?

¿Qué carajos paso?

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VOLVI, RESUSITÉ....


𝐌𝐎𝐎𝐍𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓 | 𝐗𝐚𝐯𝐢𝐞𝐫 𝐓𝐡𝐨𝐫𝐩𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora