Love Is The Devil 짝사랑 {Namjin}

Capitulo siete: 'Weapon'

Weapon.

(voz i.) Objeto o instrumento que sirve para matar a una persona o animal.

"Se sentía como si la esperanza fuera la última arma que tenían"

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Jin quería creer que Namjoon había llamado cada día de la semana en la que estuvo desaparecido, pero la verdad no estaba seguro porque su teléfono eventualmente se descargó.

Sin embargo, a pesar de ese detalle, nada le impidió llenar su mente de fantasías imposibles, donde volvía por fin a su puerta y lo tomaba en sus brazos como el increíblemente enamorado hombre que era. Jin ni siquiera había vuelto a casa, se escondía de todo lo que estaba haciéndole daño, mientras se quedaba en el sótano de la casa de Yoongi mientras miraba el vacío de la habitación y se imaginaba todas las maneras en la que ellos dos iban a hacer el amor cuando por fin se declarara.

En ese momento, era como estar fuera y dentro de su mente sana, casi como vivir en un estado de alucinación, entre la abrumadora realidad y la enfermedad placentera. Al comienzo, se dijo que iba a estar con Yoongi un par de días, lo primero que sus padres dijeron al verlos llegar era que no podía quedarse para siempre, Jin se veía débil y enfermo, sin embargo, algo tuvo que decirles Yoon porque de todas maneras le permitieron quedarse.

Jin sabía que era algo malo porque no vio a ninguno de los dos durante todos los días que se quedó ahí, incluso aunque Yoongi seguía yendo a la escuela.

Solo los vio una vez y fue cuando por fin había decidido volver a casa. Era muy de mañana y Yoongi había decidido dormir a su lado a pesar de que le indicio que no era necesario, el hombre se había apretujado junto a él en una cama hecha de sábanas y un colchón viejo, de manera que lo tenía todo sobre su cuerpo. De hecho, para salir de la cama, tuvo que tener extremo cuidado, sacando las extremidades de Yoongi del medio, porque una parte de sí mismo sabía que si lo despertaba, seguramente él no lo dejaría ir. Y eso lo asustaba un poco.

Al subir a la primera planta, lo que vio fue a la madre de Yoongi bajando la escalera con dos bolsos colgando de sus hombros. Ambos se miraron un segundo, solo uno y entonces la mujer se empujó hacia él, llegando para taparle la boca con la mano.

—No te atrevas —susurro ella, justo cuando el padre de Yoon llegaba de alguna parte. Él estaba cargando una maleta—. Por favor, no te atrevas.

—Eun, vámonos.

Jin hubiera deseado decirle que no quería hacerle daño a nadie, que no necesitaban hacer todo esto con la intención de salvarse de él, pero no le dieron tiempo, la madre y el padre de Yoongi se giraron, corriendo lejos de Jin sin mirar atrás.

Le hubiera gustado decir que tuvo las agallas de quedarse junto a Yoongi, pero la realidad es que simplemente decidió marcharse. Había estado mucho tiempo alejado de casa y de Namjoon, no podía alcanzarlo desde donde se escondía, por lo que, solamente se puso la capucha encima y caminó hasta su casa.

La situación no se veía exactamente positiva en ese momento, Jin apenas se había lavado la sensación abrumadora de lo que había pasado una semana atrás, sin embargo, en su cabeza, todo eso quedaría en el olvido cuando Namjoon finalmente lo amará de vuelta. Sería una situación de ganar o ganar, se libraría de la enfermedad y conseguiría por fin al amor de su vida. Podrían escapar juntos, irse lejos, lejos de la enfermedad, lejos de esa sociedad tóxica, lejos de su padre y de los adultos... y lejos de Jimin, muy, muy lejos de ese pequeño bastardo.

Por eso estaba sonriendo cuando por fin llegó a su casa, a pesar de que la nieve congeló sus pies y sus tobillos.

Una sonrisa que se borró cuando vio que no estaba su cadáver.