Capitulo 2

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La tercer botella había acabado más rápido que la primera, incluso más que la segunda, ahora Nami y Zoro se encontraban sentados en la mesa, hablando de todo lo que vivieron en los últimos 2 años, riendo en algunas ocasiones y en otras colocando un semblante más serio.

—Creo que 8 botellas son más que suficientes – argumentó Nami al dar el último trago de la misma

—mmh, no son nada para mi – Agregó el peliverde viendo como unas cuantas gotas de alcohol resbalaban por la comisura de los labios de la chica, eso fue extremadamente seductor, demasiado para él, si era sincero para si mismo quería quedarse un poco más con ella.

—Además no has respondido a mi pregunta, sólo la evadiste – dijo el espadachín colocando una pierna encima de la mesa y cruzándose de brazos.

—No pienso eso de ti al cien por ciento Zoro – agregó Nami replicando el mismo gesto que el moreno con sus brazos.

—Solo fue una forma de describir tu comportamiento en ese momento, ¿Te basta con eso? – terminó preguntando la navegante

—Tsk, supongo que si - contestó él

— ¿Era tan importante? – Preguntó la chica con bastante curiosidad en sus ojos marrones
—Voy a necesitar otra botella para poder responderte esa pregunta – Dijo Zoro con una sonrisa extremadamente burlona plasmada en todo el rostro.

Los ojos de Nami cambiaron bastante rápido, su ceño se frunció totalmente y sus ojos se entrecerraron, apretó uno de sus puños con fuerza y tragó saliva tratando de estabilizar el enojo que había sentido al escuchar esas mismas palabras de la boca de su acompañante.

—Supongo que tendré que vivir con esa duda – contestó la chica tratando de controlar el mal humor que le había provocado esa respuesta y fingiendo no importarle, Zoro pudo ver el disgusto y fue más que evidente su molestia, tenía que admitir que le parecía demasiado divertido volver a verla así, aunque lo ocultara bien siempre le gustó hacer enfadar a la pelinaranja.

—Gracias por la entretenida conversación Zoro – Terminó de decir ella mientras se levantaba suavemente de la silla apoyando ambas manos sobre la mesa, no tenía ganas de marcharse de ahí, la estaba pasando demasiado bien con el espadachín, tanto que en el calor de los tragos empezó a tener distintas fantasías que los involucraban a ellos dos teniendo un momento nada discreto sobre la mesa de la cocina, sabía que si continuaba bebiendo, esos pensamientos se iban a materializar, y no quería enfrentarse a un rechazo... o peor todavía a un correspondido y desastroso sentimiento de atracción...
Porque era solo eso ¿No?, atracción física por el calor del alcohol, eso y nada más.

— Espera – dijo Zoro tomando una de sus muñecas en un firme pero cálido agarre, su piel era suave como el terciopelo y la estructura de su mano era tan pequeña y delicada que contrastaba con sus manos grandes, fuertes y rudas.

—Olvidaste esto – continuó el chico tomando el logpose con su otra mano el cual se encontraba justo en su lado de la mesa.

—No puedes irte sin esto ¿no? – terminó de decir el peliverde sin soltar la mano de la chica.

— L- lo había olvidado por completo – dijo ella con un tono bastante asombrado, por dos segundos pensó que Zoro la había detenido por alguna siniestra razón《Ojalá hubiera sido por eso》Pensó Nami mientras sentía que el calor subía por sus mejillas

《¡Estás loca!》dijo para si misma después de semejante pensamiento.

Él la soltó suavemente, tan suave como si no hubiese querido hacerlo.

—También voy a marcharme a dormir – dijo poniéndose de pie junto a ella.

—Creí que 8 botellas de Sake no eran nada para ti – le soltó Nami viéndolo justo a los ojos

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