SASUHINA ATRACCIÓN POR UNA SERPIENTE

KYUBI

Sasuke se encontraba sentado en el sillón de la sala con aspecto malhumorado. El anbu le había obligado a estar allí porque le era más fácil vigilarlo. Y Hinata no parecía tener ganas de volver de la maldita reunión. Cerró los ojos cuando notó un tic en la ceja derecha. ¿Cuánto se podía tardar esa mujer en una reunión de papeleo?

Se estaba hartando de la presencia del anbu y de sus estúpidas órdenes para mantenerse mejor vigilado. Por un momento se le pasó por la cabeza que Hinata le hubiera contado a la Hokage algo sobre el trato que tenían, pero de ser así no estaría sentado en su sofá, estaría en una incómoda y fría celda.

Salió de sus cavilaciones al ver como se movía el ninja de élite, hasta una de las esquinas, para poder hablar por el comunicador. Esa cosa pequeña, parecida a una caja, por donde había oído antes hablarle a la Hokage de que Hinata ya se había ido desde hacía rato. Intrigado, puso atención para captar lo máximo posible. Solo unas pocas palabras llegaron a sus oídos.

Hinata… no… buscarla… Naruto… fuera…

Se puso de un salto en el sillón, pero volvió a sentarse rápidamente para llamar la atención del otro shinobi. Si había sacado las conclusiones correctas, seguramente Hinata no había llegado al despacho de Tsunade. Y eso era raro y preocupante, sobre todo desde que oyó el nombre de Naruto en la frase. Si esos dos se cruzaban, no sabía lo que podía pasar. Él ya había visto la reacción del rubio ante la peliazul para saber lo peligroso que podía ser ese encuentro.

Miró de nuevo al ninja que lo acompañaba. Este, hablaba por el comunicador sin mirarlo a él. Tenía poco tiempo, pero no se podía quedar ahí cruzado de brazos. Salió todo lo sigilosamente que pudo por la ventana, llamando la atención del otro justo cuando desaparecía por ella.

- Tsunade-sama.

- ¿Qué pasa? – se oyó al otro lado de la línea.

- Sasuke Uchiha se ha escapado.

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Hinata ya tenía su byakugan activado, pero su contrincante no parecía querer moverse de su sitio, como si estuviera sopesando la situación, como sería más fácil dejarla indefensa. Un latigazo de rabia recorrió su cuerpo. Aunque fuera Kurama, si tenía ese pensamiento era porque Naruto también pensaba lo mismo, que ella era débil y no tardaría mucho en arrinconarla.

Pero pelear con Sasuke la última vez le había fortalecido algo más y por lo menos le costaría un buen rato hacerle frente. Estaba preparado para todo, y ya sabía todas las técnicas de Uzumaki, no por nada lo había estado observando tantos años con un amor equivocado en su interior.

Metida en esos pensamientos, desvió por un momento la atención de su objetivo. Cuando volvió a mirar este avanzaba con un clon hacia ella. Los desvió justo antes de que llegaran a tocarla. Con el chacra de sus manos deshizo el clon y desvió el ataque frontal del original, dándole en un punto clave del brazo, para dejarlo inmovilizado por un momento.

Cogió aire lo más que pudo y se giró a él, justo cuando tenía una sonrisa divertida en su boca. Se estaba burlando de ella. Esto no iba a ser como cuando entrenaba con sus compañeros de equipo. Aquí no será suave con ella como lo eran Kiba y Shino. No había amistad, y por ser el bijuu en vez del propio Naruto, tampoco habría empatía ni delicadeza. Solo constaba de una lucha, donde en el peor de los casos acabaría en muerte.

La suya. Y eso no podía consentirlo.

Los siguientes minutos fueron todo una lucha de puños y patas. Seguidas, una detrás de otra, sin descanso. Pero ella no tenía ningún problema con ello, su primo Neji le había enseñado bien. Pero no contaba con que el cuerpo a cuerpo también fuera uno de los puntos fuertes del enemigo, pues Naruto siempre solía atacar a distancia.