PRIMER AMOR

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Era de mañana. Con el sol radiante dándole en la espalda. Y a pesar del fresco y tranquilo despertar que tuvo con el desayuno marca Hinata Hyuga, ya tenía la espalda completa empapada de sudor mientras quitaba los hierbasjos del jardín de un vecino. Otra maldita misión de rango D. Se limpió la frente en un gruñido y volvió a agacharse.

Ella miró a Sasuke de reojo mientras secaba el sudor de la frente con el guante de agricultura que le había prestado el dueño de la casa. Realmente el calor era sofocante y en cuanto llegara a casa sabía que iría directo a la ducha. Lo único bueno que tenía estar haciendo eso, es que Sasuke le había pedido la bandana para ponérsela en la cabeza y despejarse el flequillo de la frente. "Eso es mejor que ponerme ese horrible pañuelo blanco" fue lo que dijo cuando empezaron a trabajar.

- No te distraigas con mi buen físico… -al oírlo y notarse pillada se sonrojó.

- Y-yo no hago tal cosa –volvió a su trabajo con nerviosismo.

- Sí, claro…

Se encontraban uno al lado del otro quitando una hilera de plantas y hojas secas de la parte oculta del jardín. Oculta de la puerta de corredera que daba al salón de la casa. El moreno la miró de reojo, ya le había pillado un par de veces mirándole, pero no parecía tener el mismo interés que las demás chicas que había conocido a lo largo de su vida. Y no sabía si eso le molestaba o no. Siempre había huido de ello, pero con la peliazul era… diferente.

Su rostro cambio cuando divisó algo verde por encima del hombro de ella. Era una idea que solo se le podría ocurrir a Naruto por ser un cabeza-hueca, pero quizás él también lo era un poco ahora que el sol le cascaba en la cabeza. Se levantó y se acercó al objeto con una media sonrisa.

Hinata, estaba concentrada en el huerto y en no volver a mirarlo. No sabía por qué lo hacía, era como un acto reflejo de su cuerpo. Desde ayer había confirmado que la compañía del Uchiha no era del todo desagradable y convivir con él había resultado casi como si se independizara por fin de su familia. Pero de ahí, a mirarlo cada dos por tres… era vergonzoso, y más si él le decía cosas para burlarse de ella. Sintió el calor en sus mejillas.

- ¡Kyaa! – se vio obligado a chillar ya abrir los ojos desorbitados cuando un chorro de agua helada dio en su espalda. El corazón le latía muy deprisa cuando se giró hacía el sitio donde provenía el agua y una pequeña risa sádica- ¿Sasuke?

Este, se encontraba regulando la punta de la manguera que sostenía entre las manos, mientras intentaba calmar la pequeña risa que se le había escapado al ver la cara de la Hyuga.

- No sabía que podías gritar de esa manera… -rió más divertido con los ojos cerrados, hasta que siente algo pastoso darle en un lado del cuello, salpicando en la mejilla.

En frente suya, Hinata se llevaba las manos a su boca pero sin pegarlas, porque los guantes estaban llenos del barro que le había tirado. La mirada de ella era una mezcla de sorpresa de haber acertado y diversión por venganza. El chico la miraba entre incrédulo y molesto.

- Te lo estás ganando Hinata Hyuga… -la miró desafiante, pero se vio contestado por Hinata inclinándose a por más barro del jardín.

- Me sorprendiste… te lo devuelvo… - a pesar de la molestia y sorpresa inicial ella sonreía a medias.

Los minutos siguientes fueron todos a base de pequeñas guerrillas de agua y tierra acabando empapados y sucios de arriba abajo. Todo se decidió por quien obtendría el control de la manguera. Hinata chillaba y esquivaba como podía las bolas de barro del moreno mientras se agachaba para coger la manguera del suelo.

SASUHINA ATRACCIÓN POR UNA SERPIENTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora