INSEGURIDADES

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La primera en despertar fue Hinata. Un incesante ruido venía desde fuera de su cómoda cama, y la hizo entreabrir los ojos. Hacía tiempo que no dormía tan bien y se estiró antes de incorporarse. Tuvo que aguantarse las ganas de desmayarse, al abrir los ojos y ver que su cama esa noche había sido el pecho del Uchiha. Al parecer se habían quedado dormidos en el sofá. ¿Cómo pudo suceder algo así?

Tuvo que salir de sus cavilaciones porque seguían, ahora que reconocía el sonido, tocando la puerta de entrada. Miró al moreno bajo ella y con algo de nervios le susurró cerca que se despertara, pero no reaccionaba así que optó por moverle un poco el hombro mientras decía su nombre.

Mala decisión. No se acordó del mal despertar que tenía el Uchiha. Con gran avidez la cogió por la muñeca y la puso de espaldas contra el sofá, dejándola por un momento sin respiración.

Sasuke entreabrió los ojos con algo de pereza, cuando vio como la tenía bajo él. Eso logró despertarlo del todo y que se hiciera muchas preguntas que no llegó a pronunciar. En vez de eso solo se la quedó mirando. Ella nerviosa no sabía cómo reaccionar del todo.

- Sasuke…-kun… -al verlo entrecerrar los ojos se corrigió- S-Sasuke, hay visita fuera… hay que darse prisa y… -el aludido la cortó.

- Yo no oigo nada… -entonces ella se dio cuenta de que ya no sonaba el toqueteo de antes. Se sintió confusa ¿lo habría soñado?

De pronto un estruendo venido de la cristalera del patio les llamó la atención y levantaron las caras. Hinata sintió que la tierra se abría bajo ella. Kiba y Shino se hallaban al otro lado de la puerta corredera, este último aguantando al primero por la chaqueta para que no rompiera el cristal de otro golpe.

Sasuke en cambio los miraba sin interés, hasta que percibió el sutil arañazo en la distancia. Chasqueó la lengua y se levantó con cara de pocos amigos para abrirles. En cuanto la distancia que los separaba desapareció, el Uchiha abrió la puerta y vinieron los gritos.

- ¿Qué crees que le haces a mi casa?

- ¿Qué crees que le haces a Hinata?

- ¿A Hinata? – el moreno levantó una ceja – no tengo porque darte explicaciones… -el castaño se cabreó.

- Tengo derecho a saberlo Uchiha –se acercó un paso a él en forma de amenaza. Eso molestó aún más al dueño de la casa.

- ¿Qué crees que eres, su novio acaso?

- ¿Lo eres tú?

- ¡Ya basta! –ese grito bastó para que todos miraran a la morena que se acercaba hasta donde estaban con la cara roja de vergüenza – d-déjenlo ya… -se puso en medio de los dos y miró primero a su amigo- l-lo desperté mal y él se defendió… nada más… -desvió sus ojos al otro- y solo es un pequeño arañazo… tampoco es para tanto.

- Hmp – contestó el moreno como única respuesta.

Con los ánimos algo más calmados, Hinata logró que sus amigos se sentaran en el comedor mientras ella hacía el desayuno y Sasuke se retiraba a darse una ducha. Aunque ella también quería, porque estaba todavía con la ropa de ayer, tuvo que aguantarse. Pues aparte de solo haber un baño, también tenía visita.

- ¿Seguro que ese bastardo no te ha hecho nada?- empezó el Inuzuka de nuevo. Ella cogió aire antes de contestar.

- No, tranquilo… ¿s-sigo completa no? –les sonrió a la vez que les servía un plato de galletas y dos vasos de jugo.

El castaño no estaba muy convencido, pero aún así se cayó. El que volvió a hablar fue Shino.

- Veo que ya controlas mejor tu tartamudeo… -Ella abrió los ojos. Ahora que se lo mencionaba, si es verdad que ya no se ponía tan nerviosa al hablar. Todo desde que había empezado esa misión como guardiana con el Uchiha.

SASUHINA ATRACCIÓN POR UNA SERPIENTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora