𝐖𝐀𝐑 𝐎𝐅 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐒 | ᵖʳⁱⁿᶜᵉ ᶜᵃˢᵖⁱᵃⁿ ˣ

catorce.

˗ˏˋ CAPITULO CATORCE ˊˎ-
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ERA EL INFIERNO. Y Wren odiaba no saber cuánto tiempo había durado todo eso. Por el aspecto de la escena que tenía delante (un marido que perseguía a su mujer, a la que se la llevaban en una carretilla), hacía tiempo que ocurría. Le ardían las muñecas por el roce de las esposas y bajó la cabeza contra la pared con un suspiro que la hizo toser por la falta de agua en su organismo. Estaban en medio de un desierto sangriento y, sin embargo, no se les había ofrecido ningún líquido para saciar su sed.

Wren continuó observando el transcurso de los acontecimientos, sintiéndose completamente inútil, y entrecerró los ojos cuando las nubes empezaron a oscurecerse y un trueno cacareó en la distancia mientras la barca con los civiles era empujada hacia el agua. La niebla verde empezó a cubrir el océano y ella sintió que sus ojos se abrían de par en par, confundida. Pronto, el bote quedó cubierto por la niebla y se oyeron gritos, antes de que todo volviera a la normalidad, excepto por el hecho de que el grupo de personas había desaparecido en la niebla.

—Levántenlos—,ordenó un hombre, y todos fueron arrastrados a sus pies, y Wren hizo todo lo posible para zafarse de sus ataduras, pero fue en vano. Apenas podía levantar los brazos, estaba demasiado débil y hambrienta. Lucy fue la primera en subir al escenario. Wren se movió ansiosamente sobre sus pies. Seguro que Caspian y Edmund habían ideado algún plan. Ella había intentado pensar en alguna salida, pero no la había. Ahora dependía de ellos.

—¡Ofrezco sesenta!—Un hombre gritó desde la multitud.

—¡Ofrezco ochenta!—

—Apuesto a que esto es absolutamente repugnante y ridículo—, murmuró Wren.

—¡Yo doy cien por la señorita!—gritó otro.

—¡Yo doy ciento veinte!—

—Ciento cincuenta—,apostó otro.

—¿Quién ofrece más?—preguntó el vendedor, y cuando nadie dijo nada, le colgó del cuello un cartel en el que se leía vendida. Empujó a Lucy a un lado y luego agarró a Eustace.—Y ahora, por este... dino-espécimen. ¿Quién abre la subasta? Anímense, señores. Tal vez es pequeño, pero es, fuerte.—

—Sí, muy fuerte—,dijo una voz familiar desde la multitud, y Wren se sobresaltó de inmediato. Era Rynelf, uno de los miembros de la tripulación que la había ayudado a luchar con la espada durante los últimos tres años.—Huele peor que el trasero de un minotauro—.

La multitud se rió mientras Eustace fruncía el ceño.—¡Eso es una mentira denigrante! Gané el premio a la higiene dos años seguidos—.

Más risas.—¡Haber quien ofrece algo! Si no, esta guapa señorita es la siguiente. Deja de intentar escapar—,le espetó el hombre al oído.—Mi bastón te cubre las espaldas—.

—¿Qué tal si te la metes por el trasero?—.espetó Wren, antes de que la arrojaran bruscamente al escenario junto a Eustace.

—¡Que sean los dos, entonces!—

—Yo me llevare al muchacho—,dijo otra voz conocida, y Wren supo que pertenecía a Reep. Sus ojos lo buscaron entre la multitud, pero apenas podía ver por encima de la cabeza del vendedor.—¡De hecho, voy llevarme a todos! ¡Por Narnia!—

De repente, diez hombres vestidos con capas quitaron la tela, revelando a los miembros de la tripulación del Viajero del Alba. Wren se relajó al instante, pero la sensación no duró mucho, ya que estalló una batalla, y ella estaba en medio de ella sin forma de defenderse.

Algo duro tiró de ella hacia un lado y se dio cuenta de que era el vendedor. Le dio una patada, pero acabó recibiendo una bofetada en la cara. La rabia se apoderó de su estómago y fue a darle un rodillazo en la entrepierna, antes de que una mano bronceada se posara en su hombro y él se diera la vuelta.