En lo más alto del gran cielo se encontraba el arcángel supremo Aziraphale, quien al descubrir una conversación que se suponía no debía escuchar, hace todo lo posible para lograr que los deseos malintencionados de la conversación no se cumplan. ¿Po...
En lo más alto del cielo, todo era blanco, completamente blanco, lo cual dejaría aturdido a cualquiera que mirara aquella escena pero esto no parecía importarle a los pocos angeles que caminaban de un lado para el otro intentando solucionar las misiones que les daba el Metraton.
En alguna parte de este gran lugar llamado cielo se encontraba Aziraphale el arcángel supremo, aquel angel miraba pensativo todo a su alrededor y entre todos sus pensamientos, una pregunta surgio en su cabeza.
-¿Por qué todo es tan blanco?-
Era una pregunta extraña, más sabiendo que provenía de una angel, los cuales deberían estar acostumbrados a este llamativo color.
Pero este no era cualquier angel, pues el ya había estado 6.000 años en la tierra y conocía muy bien aquel lugar.
De repente Aziraphale recordó con tristeza ese lugar llamado tierra, recordó todos aquellos momentos que había pasado ahí y que lo hacían tan feliz.
Comenzó a recordar a Nina y sus deliciosos cafés, a Maggie y sus discos, recordó su biblioteca, aquel aroma de los libros que tanto amaba, recordó con Nostalgia sus libros favoritos, la música clásica, tal vez el vino.
Pero se suponía que el no tenía que beber vino pues era un ángel y esto estaba prohibido, De pronto recordó la primera vez que lo tomo, tentado por su amigo Crowley.
-Crowley... dijo el angel, recordó aquel demonio que tanto quería, recordó todos esos momentos que paso al lado de el, las cenas en el Ritz, el parque, todas esas conversaciones que tuvieron, siempre acompañandose y contándose cualquier cosa que les hubiera pasado.
Un sentimiento de frustración se apoderó de Aziraphale, algo que no lo dejaba respirar con tranquilidad, pues recordaba con claridad como si hubiera pasado ayer aquel momento de la confesión de Crowley y como habían terminado las cosas, muy mal, demasiado mal diría el.
El no lo quería aceptar pero un sentimiento de culpa y arrepentimiento recorrió todo su cuerpo.
Las frases que Crowley le había dicho ese día recorrían su mente como algo imposible de olvidar.
-Escucha ¿Oyes eso?
-No escucho nada...
-Ese es el punto no hay ruiseñores
De los ojos azules del ángel brotaron una que otra lágrima lo cual reflejaba lo mal que se sentía.
De repente sus pensamientos fueron interrumpidos por Uriel quien venía a decirle algo.
-Aziraphale... dijo Uriel
El angel se seco rápidamente las pocas lágrimas que habían brotado hace un momento.
-Si? Que sucede?
-el metatron te llama dice que quiere hablar algo importante contigo.
-Gracias... iré en seguida
Después de eso pasó una media hora y Aziraphale recordó que tenía que ir a ver al metatron, se dirigió rápidamente hacia la oficina del metatron pero antes de entrar escucho como Miguel y el Metatron dialogaban.
El se hubiera ido y hubiera esperado para hablar con el Metatron en otro momento, pero cuando escucho el nombre de Crowley en medio de la conversación de Miguel y Metatron decidio quedarse y escuchar.
-Metatron debería borrar del libro de la vida al demonio llamado Crowley
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Hola, como están? Espero que bien, espero que les haya gustado.
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