Bailamos y bebimos hasta perder la noción del tiempo. La música y el alcohol hipnotizan nuestro sistema y por una vez en muchos días me siento realmente tranquila. Invitamos a terceros a deslizarse entre nosotras mientras nuestras manos siguen unidas. A nadie le importa lo que hagamos. Nuestro camarero trae bebidas cuando las pedimos y se desliza con nosotras entre canciones. Mi mente un poco nublada por el alcohol ha dejado libre todo tipo de preocupaciones y bailar con miranda le recuerda a mi piel que ha pasado un buen tiempo sin contacto haciendo que arda por todos lados.
Un chico bajo y delgado que parece llevar maquillaje, se nos acerca y pregunta tímidamente si puede unírse, agarro su cintura y lo atraigo hacia mí, mientras Miranda nos abraza por la espalda. Nos movemos con la melodía lenta, el bajo y las luces de colores. El chico pasa sus manos sobre mis hombros y se acerca tanto como puedo. Me encanta su maquillaje y la necesidad de hacérselo saber me supera.
–– Te ves increíble. –– Bajo mis labios a su oído y le susurro. Sonrojado me observa con una sonrisa en sus labios.
–– ¿Tú crees?, mi madre lo odia. Sólo aquí puedo llevarlo. –– Me susurra con la mirada baja.
–– Por supuesto, y yo no soy la única que lo cree. –– Recostandome hacia atrás, dejo mi cabeza sobre el hombro de Miranda. Parece tan íntimo, cualquiera podría confundir la escena, ya que Miranda bailaba abrazada a mi desde atrás.
Con mis labios tocando el lóbulo de su oreja, Miranda mueve su delgada mano, delicadamente la posa entre mi cuello y mi hombro por debajo del saco corto que llevo, lo que deja ver el corset rosa al interior, siento como los labios del chico se posaron al otro lado de mi cuello en la zona que no está cubierta por la mano de Miranda, dando pequeños besos salpicados.
Mis manos recorren la cintura y la espalda baja del chico, rozando con la punta de mi nariz el lóbulo de la oreja de Miranda, le pregunto. –– ¿Qué te parece este chico Mí, crees que se ve lindo? –– Miranda extiende su cabeza para mirar sobre mi hombro mientras el chico le devuelve la mirada recostado desde mi pecho descubierto.
–– Te queda fantástico el maquillaje, eres un chico muy lindo. –– Respondió Miranda –– El chico sonríe de vuelta y esconde su rostro en mi pecho de nuevo. Continuamos bailando en esa posición hasta que hubo una pausa en la canción anunciando un nuevo ritmo.
–– Ya debo irme, el mundo real me espera. –– Se despide el chico, alejándose un poco. –– Me encantó bailar con ustedes, hace rato quería acercarme, pero no me atrevía, qué bueno que me decidí. –– Con una gran sonrisa besa nuestras mejillas y se despide con la mano.
Respondimos a su despedida saludando con la mano de vuelta y regresamos a bailar entre nosotras. Solo Miranda y yo. Sostengo a una Miranda muy risueña por la cintura y ella abrazó mi cuello devuelto. Pregunte el motivo de su felicidad a lo que respondió.
–– Por fin me has llamado por mi nombre corto, pensé que tendría que prender otra vela blanca junto a la que encendí para que nos conociéramos mejor.
–– Miranda te atreves a hacerme brujería. –– La muy tonta se ríe a carcajadas esta vez contagiándome en el proceso.
–– No lo haría ni porque supiera cómo, siento que tu podrías vengarte tres veces peor.
–– No te equivocas Mi, aprendería brujería solo para castigarte. –– Continuamos riéndonos por mucho rato después.
Miranda acerca su rostro cuando el volumen alto de la música regresa, nos deslizamos junto al ruido y las sensaciones con nuestras manos entrelazadas, canción tras canción.
–– ¿Sabes que me gusta aún más del apodo que me diste, Mo? Que hace matching con el que yo te di.
Al ver a Miranda tan cerca con sus párpados entreabiertos observando, noto lo hermosa que es. Su largo cabello negro cae hasta su cintura. Al llevarlo atado en una cola deja apreciar su rostro perfilado que resalta sus hermosos ojos verdes. Pude notar lo hermosa que es mi amiga.
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Mi Acosador
RandomMi historia es tan normal como mi maldito nombre, nótese el sarcasmo. Que por cierto, a quien se le ocurre nombrar a su hija Mónaco. Mi madre no tuvo mucha imaginación o ninguna, pero, mi historia tiene algo intrigante también y no es nada más que e...