CAPITULO 3

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Zoro caminaba rumbo al lugar donde solía dormir, era algo tarde y aún había gente en las calles del pueblo, sus amigos seguramente seguirán con Nami, pero estaba tan cansado que solo quería dormir, le encanto pasar la noche con aquel rubio de ojos bonitos. Tanto así que perdido la noción del tiempo; siempre era así, después de entregarle el anillo pensó que sería la última vez que lo vería, pero no fue así, zoro lo visitaba todas las noches y era recibido con una gran sonrisa de san. Fueron las dos semanas más increíbles que ha vivido en su corta vida, cuanto más conocía de él más quería quedarse a su lado.

Zoro no era tonto el sabia que le gustó desde que le vio en el bazar, y el no era una de esas personas que ignorara sus sentimientos y los dejaba pasar, si decidía intentarlo fue porque veía en San el mismo interés... Aunque el no lo tuviera tan claro, a veces le confundía un poco.

Subió las escaleras cuando se encontró con robín ojeando unas páginas de un libro al parecer no estaba con los demás.

— ¿Robin?, ¿Qué haces tan tarde? —preguntó deteniéndose en media escalera

— ayudaré a Nami a limpiar el lugar, dijo que hoy había más gente de otros días ¿y tú de dónde vienes? — el solo sonrío como un tonto enamorado, su amiga lo supo al instante

—okey, enamoradito, hay alguien que te estuvo buscando en la puerta de tu lugar... Que dice que te conoce.. —zoro le miró confundido ¿De quién se traba? Nadie sabía donde vivía, solo sus amigos más cercanos y San pero dudaba que fuera el, pues hace unas horas lo dejo en su habitación.

—¿Quién es?

—no se, no lo conozco pero parece que el a ti si... — siguió bajando las escaleras —ten cuidado zoro, no me da buena espina — finalizó dejando al peli verde en del medio escalón ¿Quién era? Siguió subiendo hasta el, y como dijo robín ahí estaba, con una capa negra y una capucha evitando que se viera su cara.

— roronoa zoro, has llegado — hablo; su voz era gruesa y grave. Tomo la empuñadura de una de sus katanas por si tenía planeado atacarle.

– ¿Quién eres tú? — preguntó desconfiado

— tu ya debes de saber... — zoro se quedó pensativo ¿Quien era ese tipo?

— No tengo idea

—soy quien te ha contratado por mi sirviente para la misión que es en dos días — se volteo caminando a la luz para quitar su gorro, dejando ver su cara

— ¿jhon?,¿ que vienes a hacer aquí?, creí que ya habías dicho todo por medio de su sirviente.

Como iba a olvidarse de ese trabajo, era uno de los buenos, la recompensa en muy elevada sería un tonto si se negaba a perder tanto dinero.

—veras, roronoa...quería aclarar personalmente ciertos puntos antes de que fueras.

Aquel hombre se veía sospechoso, pero por su atuendo y accesorios podía deducir que era alguien importante o tal vez uno de los muchos sirvientes.

— ¿Qué puntos?

—Me gustaría que al terminar el trabajo te unas a nosotros..

—Si que buen chiste, yo no me uno a ninguna organización — paso a su lado llegando hasta su puerta. Hace tiempo zoro se dijo a si mismo que no se uniria a ninguna organización, el trabajaba mejor solo, no necesitaba de gente innecesaria para cumplir con sus trabajos.

—Piénsalo, el hombre para quien trabajarias tiene demasiado poder, y con tu ayuda se convertirá en un ser aún más poderosos incluso mejor que el rey.— zoro ignoro por completo al hombre, no le interesaba nada que tuviera que ver con en esa organización, el solo iba a cumplir su trabajo

NORTH BLUE (zosan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora