──★ ˙ ̟ one-shots!!
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¡Escritos con mucho amor y cariño por mi! Todo hecho por diversión, no lo tomen en serio...
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- No acepto pedidos.
- Actualizaciones, probablemente, lentas.
- Contenido explicito, sugerente y cuestionab...
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Hay algo oculto en cada sensación.
Nunca fui fuerte o la más inteligente, mucho menos la mas bella. Lo único que me hacía destacar era mi forma de ser, como mi voluntad podía hacerme resistir en un mundo donde todo estaba contra mi.
Tal vez eso hizo que se fijará en mi.
En algún punto, estuve a punto de rendirme con mi voluntad completamente quebrada. Cansada de todo queriendo renunciar.
Pero el amor que tuve por Sanemi me hizo resistir, su sola presencia junto a mi pudo más, manteniendome en pie. Hizo que me levantara. Eso hizo que él ayudara a levantarme.
Nunca se lo dije, aunque de alguna forma lo sabía.
Mi corazón delator traicionaba mi mente, mis acciones y él parecía no darse cuenta. Espero que no se haya dado cuenta del profundo amor que siempre tuve por él, que nunca se haya dado cuenta de como di todo por él me haría sentir menos vulnerable.
Porque con sola su presencia podía curar mis mil heridas.
- mhmm... - Suspiro. Su voz era como la más fina daga que cortaba mi piel, pero el dolor no se comparaba con la lujuria que había en mi cuerpo y mente.
La luz de la luna entrando por la ventana de la habitación me permitía ver sus ojos afilados y sus largas pestañas a través de estos. Sus musculosos brazos atrapandome entre su calor.
Le entregue mi cuerpo, alma y mente. Dándole todo lo que podia porque lo amaba con tanta intensidad que las palabras eran cortas para expresarlo, mi forma de dar amor siempre fueron a través de las acciones... por eso me entregué a él.
- Te amo... - Dije cerrando los ojos del placer apartando la cabeza sintiendo las sábanas debajo de mis cabellos. El placer me invadía como una pequeña jeringa inyectada en mi. Solté un gemido que el mismo Sanemi sofoco al besarme con intensidad sin dejar de moverse. El sonido de la piel húmeda resonaba entre las paredes de madera.
Tocaba, besaba y mordía mi piel. Estaba sometida al placer que me brindaba en su silenciosa finca, acostada en futon mientras él se movía encima mio.
Fue nuestro secreto, nadie más podía saber que hacíamos esto. Como nos deseábamos y tocábamos, como ambos conocíamos las cicatrices y marcas del otro, los puntos que nos hacían suspirar. Nos conocíamos tan bien...
- Sanemi... - Llame abrazándome a él cuando sus movimientos bajaron su velocidad, pero su intensidad seguía siendo la misma. El interior de mis muslos ardía por la sensación y se sentía húmedo como el resto de mi cuerpo bañado en sudor.
