ᯓ ꕤ | ¡El almohadón de plumas!

842 60 13
                                    

14

¡Inspirado y basado en "el almohadón de plumas" de Horacio Quiroga!

Advertencias: ninguna, solo one-shots cortos!!

"Un cuerpo débil como el de ella no resistía un corazón frío".

• ────── ✾ ────── •

Genya Shinazugawa

Joven, pequeña y tímida

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Joven, pequeña y tímida. Así te describen.

Siempre soñaste con una vida matrimonial perfecta, pero tu marido desesperanzo esas ideas una vez que se casaron.

Su boda fue durante primavera. Aún recuerdas su expresión ilegible ese día, casi sin emoción

Es un hombre frío, casi tan alto como una montaña y duro como una roca.

Esperabas que Genya se ablandara con los años, y eso que apenas hace tres meses se casaron.

- Bienvenido, cariño. - Dijiste cuando llego a casa del trabajo y lo ayudaste a sacarse su haori violeta.

Desde que se casaron están viviendo en la mansión heredada de su familia.

Es enorme. Tal vez demasiado grande para ti, la única persona que está aquí todo el tiempo porque Genya se la pasa trabajando.

Ahora en otoño, las paredes son frias y el patio está cubierto de hojas secas. Ambos saben que pronto deben llenar el hogar de niños.

- Hola. - Saludo, siempre de pocas palabras.

- Prepare la cena. - Dijiste doblando el haori mientras caminaban por el pasillo directo a su habitación compartida.

Él asintió mientras empezaba a sacarse su uniforme de cazador. Rápidamente te acercaste para ayudarlo.

- ¿Como te fue? - Preguntaste mientras se despojaba de su uniforme, luego sacándose la camisa blanca debajo.

Doblaste la ropa sin poder evitar admirar su gran cuerpo cubierto de cicatrices.

Su piel, algo quemada por el sol, esta cubierta de marcas debido a la batalla. Te preguntas como ha conseguido cada una de ellas.

- Bien. - Dijo con normalidad.

Aun cerca, diste unos pasos dejando la ropa en su lugar y luego vuelves a acercarte cuando lo ves sentado en su futon compartido.

- Puedes... puedes darte un baño antes de cenar si quieres. - Dijiste, sentandote justo detrás suyo y apoyando tu cabeza en su espalda.

Ustedes dos eran muy inexpertos en todo lo relacionado al amor. De hecho, su primera y última noche hasta el momento fue su luna de miel.

No sabias porque no volvió a tocarte desde entonces, lo único que podías hacer era esperar a que él vuelva a quererlo.

⋆✦ one - shots | KNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora