──★ ˙ ̟ one-shots!!
'⎚⩊⎚' -✧
¡Escritos con mucho amor y cariño por mi! Todo hecho por diversión, no lo tomen en serio...
• ────── ✾ ────── •
- No acepto pedidos.
- Actualizaciones, probablemente, lentas.
- Contenido explicito, sugerente y cuestionab...
Advertencias: menciones de obscenidad, obscenidad implícita
• ────── ✾ ────── •
Rengoku Kyojuro & Shinazugawa Sanemi
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ha pasado un tiempo desde que te uniste al escuadrón de demonios.
Lo típico, tu familia fue asesinada y no encontraste otro sustentó económico más que unirte a la cofradía una vez que supiste de su existencia. ¡Es más común de lo que algunos creen!
Y ahora, siendo rango kinoe, eres bastante popular entre tus camaradas.
Algunos te conocen por ser bastante amable y hábil a la hora de rescatar a los demás, pero mayormente es porque eres bastante cercana a Sanemi Shinazugawa.
¿Quien diría que el temible pilar del viento sea capaz de tener un amigo? ¡Impresionante!
— Idiota. — Te llamo una voz gruesa, ya sabes a quien le pertenece.
Te giraste acostumbrada a ese pequeño apodo que es menos agresivo de lo que aparenta.
— ¿Que pasa? – Preguntaste con una pequeña sonrisa y él, pasando por tu lado, alzó una mano mientras te da la espalda.
— Apúrate. No tengo tiempo para tsugukos lentos e inútiles. — Dijo y apuraste el paso bastante divertida.
Es verdad, oficialmente eres su tsuguko, aunque ambos se pasan bastante por alto las formalidades de ser alumna y maestro.
Después de todo, se conocen hace mucho tiempo y apenas eres un año menor que él.
— ¡Creí que iba a ser una caminata! — Dijiste trotando hacía él, entonces viste de reojo la media sonrisa que tenía al mirar el camino oscuro.
— ¿No me habías dicho cuando nos conocimos que eras muy buena adaptandote y esa mierda? — Pregunto burlon, tu soltaste un resoplido mientras te achicas de hombres.
A veces recuerda esos detalles insignificantes solo para usarlos como un arma.
— ¡Lo soy! — Argumentaste, entonces de repente, él salto hacia arriba para pararse sobre la rama gruesa de un árbol.
Sin duda tiene las habilidades de un pilar, ¡pero tu tampoco te quedas atrás!
Corriste al ver que se iba saltando por las ramas, te colgaste de una de ellas con ambas manos y te balanceaste con el objetivo de pararte sobre lo que estaba en frente.