—¿Mamá, estás segura?
Desde mi cama le grito a mi progenitora, para que pueda escucharme. Ella está en la mini sala haciendo... quien sabe que cosa.
—Ya te dije que si, no hemos hablado casi en dos meses, de seguro tienen cosas más importantes que hacer —me contesta de la misma forma pero más irritada.
Confundida por la situación me levanto enseguida y voy hasta donde está ella y me planto a su lado.
Ella está sentada en el sofá cómodamente con los pies estirados sobre la pequeña mesa de centro, con la mirada fija en el televisor, pero se perfectamente que no le pone atención.Creo que se está quedando dormida.
No me dice nada enseguida que me dejo caer en el sillón, a una distancia considerada. La miro fijamente esperando a que diga otra cosa o mínimo a que yo termine de procesar todas las ideas que rondan por mi cabeza. A los segundos siguientes sigo sin conseguir algún tipo de respuesta, así que entornó los ojos, tratando de intensificar mi mirada, sus ojos se cierran, se vuelven a abrir y se quedan estáticos en la televisión. Uno, dos, tres segundos más y ella gira la cabeza lentamente hacia mi. Yo le alzó las cejas esperando a que diga algo y solo así consigo una respuesta. Roda los ojos como una adolecente, yergue la espalda y me dice:
—A ver Lilian, ¿cuál es tu impaciencia por saber con exactitud qué día llegarán? —con un tono de evidente fastidio me pregunta.
—Pues..., por qué, quiero aprovechar que las clases en la preparatoria comienzan hasta dentro de dos semanas, quiero pasar tiempo con los chicos, ya sabes, ir al centro comercial y comer helado con Max y Jane, o no lo sé, quizá ir con Steve y hacerle compañía en el trabajo junto a Robín... Yo que sé, quiero salir con todos mis amigos —alza las cejas incrédula por lo que le digo.
—Sabes lo que opinan las personas de todos esos chicos —cansada de escuchar ese tipo de comentarios es mi turno de rodar los ojos
—Mamá, no puedes tratarlos como insectos solo por qué las señoras del pueblo no son felices con sus maridos y lo único que les queda es inventar chismes para disminuir su amargura —protesto— Además, estoy aquí... sola. —Hago hincapié en esa última palabra para ver si le causa algún tipo de remordimiento. Pero no lo hace —. Antes solo tenia a Eddie, ahora ya tengo mas amigos que no me hacen menos y te aseguro que no son nada de lo que dicen todas las personas, solo son chicos que disfrutan de inspeccionar en el bosque y...
—Pues solo te diré que tu sabrás que es lo que haces, ya tienes edad para pensar y actuar por ti misma —me interrumpe y vuelve a girarse al televisor. Se centra en el ignorando mi presencia.
—Bien, saldré en un rato.
Mamá solo me dice que si con la cabeza y vuelvo a mi habitación. Tomo una ducha rápida sin mojarme el cabello y me visto con uno de los vestidos que la señora Harrington me regaló por mi cumpleaños. Es lindo, es de color negro, de tirantes y me llega hasta la rodilla, se ajusta perfectamente a mi. Por último, me coloco una chaqueta negra —muy parecida a la de Eddie— y mis botas favoritas.
Cuando salí de casa, mamá está hablando con alguien por el teléfono. Se le escucha alegre, así que no la molesto. No estoy segura de que me haya escuchado cuando cierro la puerta.
No tardo nada en llegar a la caravana de Max y llamar a su puerta, al mismo tiempo que se escucha el ladrido de un perro, giro la cabeza y en la caravana siguiente hay un pequeño y esponjoso perrito, la reja no lo deja salir así como la correa que trae en el cuello que no le permite moverse con libertad. Debe estar hambriento, ladra mucho.
El carraspeo de alguien me hace dar un respingo y devolver la mirada a... un torso desnudo y blanquecino, ausente de bello, con un lindo collar brillándole a la altura de los pectorales...
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You Belong With Me // Eddie Munson
FanfictionUna amistad es algo sincero, conectar con el alma y hablar con el corazón. Nadie manda en el amor. Con Lily no hay excepción, vive enamorada de su mejor amigo, es capaz de correr por todo el mundo con tal de verlo feliz, pero... ¿Eddie haría lo mism...