No podía creer lo que dijo. Creo que debería contarle lo que me pasó para que no me malinterprete, pero no podía porque me ganó la vergüenza.
—Disculpe mi atrevimiento —dijo cabizbajo y, acto seguido, se acercó un poco a mí, específicamente al borde de su parte del balcón.
—Simplemente me sorprendí, no hay nada que perdonar. —Le sonreí para tranquilizarlo un poco y alejar el disgusto—. Pero respondiendo a su pregunta mi respuesta sería no. Simplemente admiro su capacidad e intelecto.
Me acerqué al igual que lo hizo él, ahora solo quedaba poco espacio entre nosotros, sin contar que tendría que saltar al otro lado para acercarme a él por completo.
Admiré las estrellas en un acto de nerviosismo y me olvidé de ello por completo. Adoraba esto: gozar del cielo al lado de la persona que amaba. No le dije nada más, no sabría qué decir y tampoco quería decir zonceras ya que el habernos acercado me tomó tiempo, esfuerzo y dedicación, pero por sobre todo «perseverancia».
—Myeong... —susurré
Él voltea a verme y caí en cuenta que ambos estábamos admirando el cielo estrellado.
—Dígame —susurró al igual que yo y no entendía el porqué.
—¿Por qué decidió acercarse a mí?
Se veía tan reflexivo luego de hacer aquella pregunta que nunca tendré manera de responder
—Desde hace tiempo noté que me observaba, me recuerda a como solía ser y me agrada. Nuestros gustos son similares. Creo que podremos llegar a ser buenos amigos. —Al gesticular la palabra amigos volteó a verme pronunciándolo bajito con un pequeño brillo en sus ojos.
Esto era malo para mi corazón. ¿Me estaba dando alas?
El estupor me duró un suspiro porque al instante sonreí grandemente como nunca lo hice delante de él por estar conteniéndome demasiado. Él me sostuvo la mirada, pero ya no lo aguanté y dije atropelladamente para no gritarle mis sentimientos en la cara:
—Está bien. Buenas noches.
Oh, no... ya no me salen las palabras.
—Buenas noches, Myeong —susurré.
No podía dormir. ¿Cómo podría? Finalmente le agradaba. De la emoción encendí la notebook y empecé a escribir. Amaba escribir y tenía miles de poesías creadas en cuanto a soliloquios para Joon. Escribí uno nuevo entre tantos ya existentes, era mi pasatiempo preferido y además un gran desquite de mi anhelo por él.
Anhelo
«Oh, amado mío
eres una estrella
que me ilumina con vehemencia
anhelo besarte sin anestesia.
La espera es eterna,
pero sé que valdrá la pena.
No estas vedado a mi
Yaces frente a mi
Y yo frente a ti
Cariño, ¿cuánto más debo de esperar por ti?
Te quiero aquí, al lado de mí»
Con esto me dormí, no pude evitarlo. Cerré los ojos con una sonrisa boba en mis labios.
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Té Monarca (EN PROCESO)
Romance《Meredith no sabe lo que es el amor palpable sino el idealizador. Se encerró en él sin entender que el amor real conlleva valentía y perseverancia. Se rinde fácilmente con su "amor imposible" y busca consuelo en otras maneras》. Meredith Evans está p...