Capítulo 6

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Admiré el hermoso cielo estrellado que luce más brillante que nunca. Al llamar a Joon la voz que me salió fue demasiado dulce así que me miró confuso y desenfocó sus ojos de los míos para observar mis manos juntas sobre mi barriga.

—¿Le duele la barriga?

Río por tanto tiempo que se me salen lágrimas de los ojos.

—¿Dije algún chiste acaso? —preguntó Joon, pareciendo un poco ofendido.

—No, perdón. Solo que no es eso lo que me pasa.

Joon no volvió a preguntar y yo solo deseaba besarlo bajo la luz de la luna y las estrellas.

—De pequeña afirmaba que la luna me seguía. Que me seguía solo a mí porque era especial.

Joon solo escucha mi conversación profunda e improvisada sin mediar palabra.

—Bueno, eso fue lo que pensé hasta que crecí y entendí que no es así. Ser niña es fabuloso porque no debes preocuparte de nada, simplemente debes «vivir la vida loca», pero al ser adulto la cosa cambia y ya nada vuelve a ser como antes.

Aunque también tiene sus ventajas ya que logras ver todo desde un punto de vista único que nadie podrá arrebatarte jamás, encuentras tu vocación e inclusive el amor. Tal vez, todo aquello puedes lograrlo únicamente al abandonar lo pueril. Y Créame que vale la pena, aunque sea doloroso.

Pasando unos segundos Joon no me respondía nada, simplemente se me quedaba mirando y entré en pánico así que me despedí de manera un tanto descuidada, trémula de nervios. No logré escuchar toda su respuesta porque sentía que su voz se perdía, pero no podía quedarme más tiempo o desvariaría de nuevo delante suyo.

Nuestra no cita fue perfecta, pero estuve más que nerviosa por lo cual no fui yo misma y casi vomito por los nervios al principio.

En la no cita

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En la no cita.

El restaurante se llamaba «Valentine». Era un nombre verdaderamente bonito e italiano. Quise abrirle la puerta a Joon, pero se me adelanto de nuevo ya que me la pase admirando la llamativa entrada luminosa, las plantas y flores de afuera.

«Es un lugar muy bonito, lo conozco por las redes sociales. Siempre quise venir y ahora me encuentro aquí y ¡comeremos lasaña! ¿Qué podría ser mejor que esto?»

Un mozo, con el cabello largo y recogido en una coleta, se acercó a nosotros y pareció conocer a Joon ya que noté un peculiar brillo en sus ojos al verlo. El mismo nos guio a una mesa vacía para dos muy alejado de las otras y «bonito» fue la única palabra que cruzó mi mente al sentarnos.

Moría de nervios. Esto es como en mis sueños

Trato de mantenerme serena, pero no logro apaciguar mis emociones y es aún peor cuando al sentarme mi espalda siente el leve toque de sus manos. ¡Contrólate, mujer!

Té Monarca (EN PROCESO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora