Prólogo

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Mi despertador no sonó, al despertar vi que eran las 10AM. y entro a trabajar a las 8AM. Salí disparada de mi cama, me cambié, salí sin maquillaje, sin peinarme, ni siquiera cepillé mis dientes. Tomé mis llaves y crucé la sala, vi a papá ebrio en el sillón. No tenía tiempo para lidiar con él ahora pero como lo noté respirar me fui con menos preocupación.

—Feliz cumpleaños Maddie. —me dije con decepción mientras cruzaba la puerta.

Tardé como media hora en llegar al trabajo, soy publicista y tenía una reunión muy importante con mi jefe y unos clientes. Al llegar la reunión había acabado, la empresa sí firmó contrato con nosotros pero trabajarían con uno de mis compañeros en vez de mí.

Cuando mi jefe me vio en vez de armar una escena pidió que lo acompañara a su oficina. Sabía que había metido la pata, solo esperaba que no me corrieran.

—Llegas tarde, otra vez. —dijo mientras entraba detrás de él —Eres una empleada excelente, pero ya es la segunda vez tarde esta semana. Y no es la primera vez que tenemos esta conversación.

—Es que mi alarma no sonó, no volverá a pasar.

—No es la primera vez que te escucho decirlo. Te aprecio Maddison, eres una linda chica, pero ya no podemos seguir así.

—Prometo que no pasará otra vez.

—Lo sé, tengo que dejarte ir.

—¿Me despides?

—No puedo arriesgarme a perder clientes porque no te comprometes.

Con una caja con mis cosas salí de las oficinas, llamé a Billy para decirle que iría a su departamento antes de lo esperado pero no me respondió. Supuse que estaría ocupado trabajando así que fui de todas formas ya que tenía llave, en poco tiempo nos mudaríamos juntos ya que paso más ahí que con papá, no soportaba el verlo borracho cada noche.

Llegué al departamento con el peor ánimo para mi treintavo cumpleaños. Abrí con mis llaves y dejé caer la caja al ver la escena frente a mí. Katherine, la única amiga que he tenido desde niña. No recordaba mucho de mi niñez pero ella siempre estuvo para mí. Y mi novio se la estaba follando en el sofá. Ella estaba con una pierna en el asiento, sus manos en el apoyabrazos aferrándose con fuerza mientras disfrutaba de como mi novio la sujetaba para moverla así entrar y salir de ella.

—Maddie. —me vio ella primero.

Salí de ahí con el corazón roto y me sentía enormemente traicionada por quienes más quería. Ella me alcanzó usando unas bragas rojas de encaje y una remera que era de él, seguramente había pasado la noche ahí.

—Maddie, espera. —dejé de caminar y me volteé a ella dandole una cachetada.

—¡Maldita zorra! Eras mi amiga, él es mi novio. —estaba llena de lágrimas —Váyanse al diablo.

Me fui a casa, lloré todo el camino. Al llegar papá seguía en el sofá, ahora veía la televisión y tenía una cerveza en mano.

—Hola. —dijo perdidamente mientras seguía con la vista clavada en la pantalla —¿Me pasas el control? —me acerqué a él.

—¿Otra cerveza? ¿Enserio?

—Es viernes. —respondió excusándose.

—Parece que contigo cada día es viernes. ¿Al menos sabes que día es hoy?

—Ya te he dicho, viernes.

—La fecha papá. ¿Qué número? —se quedó pensando —¿¡Qué número papá!?

—¡No sé! No sé.

—Es mi cumpleaños. —dije con un hilo de voz, lágrimas querían brotar de mis ojos y estaban por salir —Mamá no lo hubiese olvidado. —ahora sí ya no resistí. Tocaron la puerta —No te levantes, termina tu maldita cerveza.

El no sabía que decir, tampoco quería que me diese excusas baratas de porqué lo olvidó. Abrí la puerta y había un muffin de chocolate con una vela en el suelo. Vi a mi alrededor pero no había nadie. Lo tomé, la vela estaba iniciada pero se había apagado y tenía una nota:

"¡Feliz cumpleaños! Espero que tengas todo lo que quieras de esta vida"

"PD: No olvides pedir tres deseos"

No tenía nombre de quién era este extraño pero hermoso detalle, el cual me alegró aunque sea un poco el peor cumpleaños que he tenido desde hace tiempo.

Entré con el muffin y me fui a la habitación así terminar este día de una vez por todas, esperando que mañana sea mejor. Aún era temprano pero de igual forma me puse el pijama, entré a la cama y vi en mi mesa de noche el muffin.

«¿No planeas comértelo verdad? No sabes que tiene o quién te lo envía»

«Pero soplar una vela el día de tu cumpleaños es obligatorio»

Tomé un encendedor de mi cajón y prendí la vela, cerré los ojos para pedir tres deseos.

—Deseo ... Deseo que mi padre deje de beber, que la ausencia de mamá le deje de doler. —seguí pensando —Deseo amigos leales y verdaderos. —pensé muy bien mi último deseo —Deseo que alguien me ame, ser la primera opción de alguien, que sea lo más real que haya vivido.

Soplé la vela y me fui a dormir algo deprimida por mis patéticos deseos y mi deprimente vida. No dejé de llorar hasta que me quedé profundamente dormida.c–––––––––––––––

¡Hola! Mi nombre es Sofi y seré la persona que morirá de nervios por saber si les está gustando la historia o debería hacer algo mejor con mi vida. 😄

Comienza una historia en la que espero se enganchen ya que tiene mucho para dar. Personajes que espero que amen, odien, que las hagan querer entrar en la historia para besar, abrazar, gritar o tirarles una silla en la cabeza.

⚠️Aviso: Inicié la clases de la universidad así que estaré un poco ocupada pero la historia ya prácticamente está completa, tal vez para los últimos capítulos tarde un poco más en subirlos.

No les pido, les suplico que no se olviden de votar para apoyar el contenido y dejar comentarios cada que tengan la oportunidad. Que compartan la historia así me ayudan a seguir en esto ya que es una GRAN motivación. Ayudan mencionando en redes sociales, dando likes y comentando en reels, publicaciones y videos si se les hace posible.

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Un abrazo Sofi, y espero que se queden para seguir esta hermosa historia. ✨

Deseando una vida del sueño (+18🔥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora