Capítulo 5

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Desperté y no estaba en mi habitación de adolescente.

«Aquí vamos de nuevo»

Me levanté y me vi al espejo, tan mal no me veía por suerte. Parecía mejor que teniendo treinta, por lo que pude ver estaba en la universidad. Había apuntes en mi escritorio de las materias que cursaba.

«Qué extraño, no había pensado en viajar aún»

«¿Y si tengo un límite de tiempo en el pasado?»

No sabía como resultaría mi vida ahora así que decidí cambiarme antes de salir de esa habitación. Me vestí con un jean y camiseta, algo tranquilo para poder ir a desayunar. Lo único que esperaba era que no sea una completa mierda como la vez pasada.

Salí de la habitación y Lola estaba, al menos eso no había cambiado.

—Buenos días dormilona. —me pasó una taza de café mientras me sentaba en la barra.

—Buenos días. —acepté la taza con una sonrisa.

—¿Por qué estás vestida? —tomé dos tostadas de la mesada y comencé a untarlas —Primero desayunas, revives y luego comienzas tu día. Estás muy activa hoy.

—Solo no sabía con quién me encontraría al despertar.

—Sí ... —dijo con cara de asco —¿Oíste todo el ruido que hicieron anoche? —fingió una arcada —Además ella cree que gime bonito y parece guacamayo ahorcado.

Solté una risa baja aunque no sabía de quién estábamos hablando. No tuve que preguntar ya que ella salió con una camiseta celeste, su cabello rubio alborotado pero aún viéndose bien. No traía pantalón ya que esa camiseta le quedaba como vestido.

—¿Se divirtieron anoche? —preguntó Lola con las cejas levantadas y su sonrisa la tapaba con la taza.

—Ay dios, ese hombre puede partirme al medio las veces que quiera. —le respondió amistosamente y luego me vio de reojo con lo que parecía odio o un total desagrado.

«Iniciamos bien» —pensé mientras me tomé un sorbo de mi café.

La puerta de dónde salió la rubia salió un chico fuerte, castaño, con el torso desnudo con algunos tatuajes. No lo vi fijamente así que me limité a tomar mi café en silencio. Él besó a la rubia y ella me vio mientras lo besaba como si de presumir se tratara, duró unos segundos algo incómodos.

—¿Dormiste bien?

—Apenas si dormimos. —le sonrió mientras pasaba sus manos por su pecho y hombros.

—Siento si las molestamos. —vio a Lola y luego a mí dejándome los ojos puestos —¿Por qué estás vestida ángel?

Vi como Rowan me analizaba mientras esperaba una respuesta, eso a la rubia no le gustaba, se le podía ver en la cara.

—Emm ... voy a ir a comprar. —mentí.

—Dame un minuto. —tomó una tostada de mi plato y le dio un mordisco —Me visto y te acompaño.

—¡Era mía!

—Pero sabes que amo la Nutella. —dijo con la boca llena y una sonrisa mientras se iba de nuevo a su dormitorio.

—¿Puedes dejar de hacer que te persiga cada vez que están juntos? No puedes dejarlo cinco minutos sin que tenga que perseguirte como un maldito perro. —abrí los ojos como platos de la sorpresa que me llevé por el comentario de la rubia.

Nos vimos en shock con Lola y ella se fue tras él con el ceño fruncido.

—¿Ahora que hice? —Lo apretó los hombros sin saber que decir y siguió desayunando.

Deseando una vida del sueño (+18🔥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora