Capítulo 2

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Desperté en una habitación extraña, parecía estar en un departamento en la ciudad. Una chica de piel morena clara, largo cabello castaño, uñas largas y maquillada entró a mi habitación.

—¿Maddie tienes mi labial? No lo ... —di un grito por el susto, había alguien extraña en mi casa —Niña, te dije que avisaras si traías a Billy. —dijo mientras se cubría los ojos.

—¿¡Quién eres!?

—¿Cómo que quién soy? Lola, tu mejor amiga y roomie de confianza. —se destapó la cara —¿Estás drogada? —caminó hacia mí y tomó una de las almohadas de mi cama —Juro que le pondré candado a mi cajón de caramelos si te comiste mis brownies de marihuana. —me dio un leve almohadazo. Vio que mi cara en shock, analizaba que sucedía —¿Estás bien? Llegarás tarde al trabajo.

«Mierda el trabajo»

—Sí. —respondí pensativa —¿Y dónde trabajo?

—Hooters. —respondió confundida.

Me eché a reír.

—¿Hooters? —pregunté con un rastro de risa en mi vos.

—¿Sí? —me ve extrañada —Iré a buscar un candado.

Ella se fue de la habitación y me levanté rápidamente de la cama, no entendía nada pero esto no me agradaba ni un poco. Yo no podía haber terminado como una chica Hooters, no luego de matarme estudiando en la universidad, me negaba a creerlo.

Me cambié de ropa y en mi bolso guardé el "uniforme" del trabajo, si podemos llamar uniforme al sexista traje que utiliza la franquicia. Salí de mi habitación y vi el pequeño, pero de gran estilo, departamento que compartía con esta tal Lola. Había algo de desorden pero no se veía mal, no era lujoso pero se veía acogedor y agradable con tantas fotos de ambas, lo sentía como un hogar. En esas fotos nos vi de jóvenes, ella era Lorenzo.

—¿Enzo? —pensé en vos alta al ver la foto.

—Ay cariño, no me has dicho así jamás. Inclusive antes de ser Lola. —tomó sus llaves.

—Y nunca lo haré. —la abracé de lado y besé su mejilla —Estás muy guapa por cierto.

—¿Qué bichó te picó? —me sonrió —Vamos, te llevo al trabajo.

Llegamos al lugar y ella se fue en el auto. Fui al baño a cambiarme y encontré a Billy besándose a una compañera de trabajo, por como se veían casi que estaban follando ahí mismo.

—¿¡Pero que carajos!?

—¡Maddie! —él me vio en shock —Puedo explicarte.

Me alejé de ahí con lágrimas en los ojos, él me siguió mientras se acomodaba la ropa.

—Maddie ... —me detuvo —Perdona, vine a buscarte pero no llegabas.

—Así que decidiste cogerte a Mara en su lugar. ¿Qué? ¿¡Te aburriste de esperar!?

«¿Cómo sé su nombre?» —recuerdos venían a mi mente.

—No, sólo pasó. Es que con el uniforme. —tomé unas papas con cheddar y se lo puse en la cabeza.

—Imbécil. —vi a la mesa la cual se quedó sin papas —Perdonen las molestias, les invito las papas. —lo volví a ver —Terminamos.

—Maddie ...

—Lárgate. —dije sin más y fui a cambiarme.

Entré al baño, sequé mis lágrimas y me vestí con el uniforme que increíblemente resaltaba muy bien mis atributos. Al terminar inicié mi turno.

Deseando una vida del sueño (+18🔥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora