Capítulo 9

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Desperté con un maldito ataque de pánico, mi respiración agitada y podía sentir mi corazón quererse salir de mi pecho. Vi a mi alrededor y era mi horrible pero ahora hermoso cuarto de adolescente. Estaba tan aliviada de viajar en el tiempo.

Me quité las mantas e iba a dar un brinco alegre fuera de la cama pero sorpresivamente me comenzó a doler el cuerpo.

«No. No. No. No puede estar pasando»

Revisé mis brazos y tenía marcas de agarre forzoso. Me puse de pie para verme al espejo, me levanté un lado de la remera del pijama y ya podía ver golpes, no eran los de antes. Eran recientes, como si de ayer se trataran.

Vi el calendario sobre mi escritorio, ya había pasado una semana. Aunque para mí solo un día, un espantoso día. Sequé mis lágrimas y abrí la ventana para intentar tomar aire fresco así calmarme. Pero no podía.

La ventana de Rowan seguía cerrada. Intenté dejar de llorar pero no podía, el dolor no me dejaba, el recuerdo de mi bebé muerto no me dejaba. Esa mañana era una agonía. Pasé mis manos por mi cara torpemente al ver que las cortinas de Rowan se abrían.

Él me sonrió un segundo hasta que claramente notó que lloraba e intentaba ocultarlo. Abrió su ventana y se sentó para quedarse.

—¿Qué pasa Maddie?

—No es nada.

—Tu cara dice que no es nada.

—Solo una pesadilla, estoy bien enserio.

—¿Estás segura? Puedes decirme.

—Te conozco, no puedo. —me puse de pie para cerrar la ventana.

—Maddie ...

Otra lágrima cayó por mi rostro mientras cerraba las cortinas. No tenía ánimos de bañarme, de arreglarme, o de hacer cualquier cosa. Solo me cambié con el uniforme, ignorando los golpes en todo mi cuerpo, como si eso los hiciera desaparecer.

Bajé las escaleras y pude oír a mi mamá llorando. Disimuladamente vi a la sala, ella estaba sentada en la mesa leyendo lo que pude deducir eran sus estudios médicos los cuales sabía que estaban mal.

—¿Ma? —me acerqué.

—Maddie ... —ella se secaba las lágrimas.

—Hija, debemos decirte algo. —dijo papá al ver que mamá no podía.

—¿Estás enferma no es así? —ya no pudo aguantar.

—Ma ... —me acerqué y la abracé con fuerza —Superaremos esto.

Me explicaron que ella tenía cáncer pero que debían hacerle más estudios. Que no me preocupara, pero era inevitable que no lo hiciera ya que ese cáncer es el que me había quitado a mi mamá.

—Tú no te preocupes. Quiero que vayas a la escuela y sigas siendo una niña, no quiero que te preocupes, lo digo enserio Maddie.

Desayunamos, bueno yo les hice el desayuno pero solo me comí unas galletas porque ya estaba tarde así que me fui. Salí de la casa, Rowan me esperaba. Se nos estaba haciendo una linda rutina el ir juntos a la escuela. Extendió los brazos y lo vi extrañada.

—¿Qué haces?

—Puede que no puedas decirme que te pasa pero un abrazo no te vendría mal. —su ternura me alegró aunque sea un poco el pésimo día que estaba teniendo.

Me apresuré a llegar a donde estaba él y me estrellé con su cuerpo en un fuerte abrazo. Sus brazos me rodearon por la cintura, los míos desde arriba de sus hombros, apoyé mi cabeza en su hombro. Nos quedamos así un minuto hasta que con las mejores intensiones él quiso hacerme reír con cosquillas para levantarme el animo pero estaba adolorida, él lo notó.

Deseando una vida del sueño (+18🔥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora