Madison Jang | jungkook

dinner in Paris

Las notificaciones explotaban mi telefono y me estaban reventando los oídos.

Mi publicación se ha vuelto viral, bastante viral.

— ¿Jungkook? — achiné mis ojos para ver con claridad.

"@j.jungkook" eso.. significa "Jeon Jungkook" ¡A Jungkook le gusto mi publicación! ¡No esta muerto!

Bueno, dejenme explicar.

Hace dos meses que Jungkook renunció como mi guardaespaldas, no supe nada de Somi, pensé que a ambos se los habia tragado la tierra.

Pero al parecer, no es Asi.

Subí al avion que me llevaría a Paris, emocionada, debo estar allí para la semana de la moda, ahora tenía otro guardaespaldas, era un chico muy atractivo, su nombre es Jin, por dios, es totalmente mi tipo, tiene unos ojos preciosos y es muy educado.

Comí Bulgogi, era cortesía del Chef del avión, alias "mi primo"

Horas después, llegamos a Paris.

Baje del avión y mis maletas ya estaban en la caja trasera del Tesla que me llevara al Hotel donde me quedaré, para ser más exactos, era un cinco estrellas. Después de horas en el coche, llegamos al Hotel, me adentré en mi habitación y me lancé a la cama.

— Podría vivir aquí para siempre. — dije para mis adentros, mi teléfono sonó y chequeé a ver quién podía ser.

Y así fue, después de chatear con Yeji mientras ella venía a mi Hotel, yo me cambiaba a algo más cómodo, unos pantalones ajustados que destacaban mis caderas con una camiseta ancha de Louis Vuitton, ondulé mi pelo y alguien abrió la puerta.

— Señorita Jang, ya llegó.. — paró en seco al verme y sus mejillas se sonrojaron. — Yeji..

— Gracias por avisar Jin. — dije con una sonrisa aplicándome un poco de brillo labial. — Andando.

Bajé con Jin y me entregó mi cartera con todo lo necesario, mi teléfono, mi billetera, una liga para el pelo y lo más importante, un desodorante.

Vi a Yeji al lado de un chico alto de pelo oscuro, lo ignoré y ella me abrazó.

— ¡Yeji! — exclamé en alegría.

Empezamos a caminar por la hermosa ciudad de Paris, Jin me dejó con ellos temeroso pero lo convencí, resulta que el chico misterioso que estaba con Yeji era su novio, Eunwoo, quien era bastante agradable y compartíamos algunos gustos, como los maratones de Marvel y nuestra admiración por el chocolate.

Estuvimos unas horas hasta que fueron las nueve de la noche, estábamos caminando por un barrio lleno de comida de calle, había mucha gente y perdí a Yeji y a Eunwoo, me estaba angustiando.

— Chicos, ¡Chicos! ¡Yeji! ¡Eunwoo! — no había respuesta.

Pedí ayuda, pero me ignoraban, no sabía que hacer, mi teléfono murió y no tenía cargador, caminaba y caminaba, hasta que terminé en un callejón oscuro, me senté recargando mi espalda en un contenedor de basura, dormiría aquí hasta que sea de día y me encuentren, si, eso haría.

Escuché unos disparos, mierda.

— Vamos, corazón, sal de ahí~ — decía un señor con voz aguda y chillona, acercándose a mi. — ¿Qué hace una niña tan sexy sola en un callejón? Tengo un amiguito que estaría encantado de-

Se escuchó un golpe, mierda.

Un hombre empezó a golpear al señor corpulento con ira, el agresor cayó al suelo y el chico vino corriendo hacia mi, ayudándome a levantarme, miré su rostro y..

— ¿Kook?

— ¿Maddie?

POV JUNGKOOK

La tenía de frente, a la muchacha que en dos semanas revolvió mi corazón, pero que debía evitar para que no me demanden de pedofilo, esa hermosa joven de pelo negro y ojos negros, con su piel de porcelana intocable, delicada, pero con una personalidad que te parte en mil pedazos con solo palabras.

Madison Jang.

Parecía que había llorado, eso me partía el corazón, de pronto, se desmayó.

Creo que la shockeé.

La cargué en mis brazos y la subí a mi Mercedes-Benz, nos dirigíamos a un restaurante, al restaurante del Hotel donde me estaba quedando con Lisa.

Mi novia.

Lisa es mi novia desde hace seis meses, empezamos nuestra relación justo cuando empecé a ser el guardaespaldas de Madison, un mal momento, pues cuando ya Lisa estaba lista para una relación, vino Madison a arruinarlo y hacer que crezcan sentimientos en mi, por eso estoy en Paris, para compensar lo mal que me he portado con mi novia.

Llegamos al restaurante y la desperté, ¿Cómo después de meses sin vernos sigue teniendo ese encanto natural para ponerme nervioso? No la entiendo, no la entiendo en lo absoluto.

— Pequeña, ya llegamos. — ella se levantó de su desmayo y me alivié, la ayude a bajar y entramos al restaurante, su panza rugía como un mounstro hambriento y era lo menos que podía hacer.

Nos sentamos en una mesa de dos y pedí dos platos de pasta, su favorita.

— Yo me iré. — trato de levantarse pero la detuve.

— Quédate, te ves hambrienta Maddie.

— Señorita Jang. — corrigió molesta.

— Renuncie, por si no te has dado cuenta, ya no debemos ser profesionales. — dije, me empezó a contagiar su mal genio.

Ella puso su mirada en blanco y la pasta llegó, ella la enredó en su tenedor y la metió a su boca.

— ¿Por qué viniste aquí? — reproché, es como si se teletransportara a donde estoy para acabar con mi vida amorosa, por más de que ella forme parte de ella.

— No usas ese tonito cuando me das like en Instagram. — rió.

Mierda.

— ¿Qué? Eres linda, te doy like.

— En mi cama no decías que era linda, decías que era sexy. — dijo coqueta.

Que mujer bipolar, creo que las bipolares me vuelven loco.