3. Pequeña

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La mañana estaba tranquila, más normal de lo que me esperaba. Me había despertado para poder hacer mi lección de alemán de Duolingo diaria, cargar el portátil antes de ir a clases y tomarme un café con leche y azúcar diario y matutino.

Claire se hallaba en la cantina para pedirse una caña de chocolate y un té. De todas las personas que conozco en mi vida, ella es la persona más interesante que he conocido hasta el momento.

- Buenos días, mi filóloga. ¿Qué tal estás? ¿Soñaste con las prácticas de latín de ayer?- se rió Claire recordando el tocho de textos y pergaminos que nos mandaron a traducir en una hora y cuarto. Yo ya tenía hasta callos en los laterales de mis pulgares.

-Uff, mejor no me lo recuerdes que me empieza a doler de tal manera el pulgar que me lo van a tener que amputar- supliqué de manera irónica.

Mientras acomodábamos nuestras cosas en la silla de la cantina, veíamos como los chicos de ciencias, Ness, James y Jessy, venían hacia nuestra mesa.

-Si os preguntáis por qué desayunamos aquí es porque en nuestra facultad no sirven tostadas con tomate y aceite y aquí sí, así que siempre desayunaremos en vuestra cantina en lugar de la nuestra- aclaró Ness mientras Jessy y James asentían con cara de "sí, colega... Nuestra gastronomía en la facultad es deprimente"

- Bienvenidos seáis, siempre y cuando sepáis que odiamos a los que odian el Cola-cao fresquito - Claire y yo reímos al unísono, ya que siempre nos tomamos un Cola-cao los sábados por la mañana y nos sienta de maravilla. Tenemos una norma así por las risas de no aceptar a nadie que no le guste un buen vaso de leche.

- Por cierto, chicas, que sé que ustedes os gusta leer. Hoy las chicas del departamento de lingüística de cuarto año rumorean que van a lanzar una edición especial de una trilogía de "La teoría del amor" o algo así- comentó James-, y pensé que a vosotras os interesaría.

Nada más escuchar esas palabras, me levanté bruscamente del asiento, me despedí de mis amigos y me fui corriendo a la biblioteca. Claire no se había leído todavía la 2 parte de la trilogía, pero yo sí, así que le dije que le sacaría la 2 parte si la encuentro en la biblioteca y me quedaría con la siguiente parte para mí.

Entré sigilosamente a la biblioteca y le pregunté al bibliotecario donde se hallan los libros de este tipo, de romance juvenil, romance y comedia.

-El tercer pasillo a la derecha, al fondo.

Fui como Sonic hacia la meta, esquivando los taburetes para subir a libros muy altos como cáscaras de plátano del Mario Kart, y evitando que venga alguien a robar mi nueva adquisición temporal.

Llegué más temprano de lo que pensé, y me puse a intentar agarrar el libro de todas maneras posibles, pero no sé quién tuvo la genuina idea de poner el libro arriba del todo, y menos a una hora donde apenas hay gente trabajando en la biblioteca.

Traté de buscar por todos lados un taburete para subirme y alcanzar el maldito libro y de paso la 2 parte para que Claire se empape de letras, pero se me hacía imposible porque no había primero ningún taburete ni un ayudante para agarrarlo.

Estaba a punto de rendirme, hasta que alguien me tocó el hombro y me dijo:

-Ey, pequeña

No puede ser: el pesado que se cree parte de los Backstreet boys con esa melena

-Primero, no soy pequeña: mido 1,78 y esa estantería más que tú y que yo-puse los ojos en blanco como de costumbre- Y segundo, ¿me ayudas a coger el libro?

-Por supuesto, peque- cuando creía que iba a intentar saltar para cogerlo porque él llega perfectamente con un pequeño salto, me puso las manos en las caderas y me levantó hacia arriba para que cogiera el libro.

Besos escondidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora