Aaron

Fingir

Katherine

Creo que nunca antes me había quedado tan petrificada.

—Sí,somos pareja—

Mi madre abrió mucho los ojos, demasiado.

—Oh..., eso es interesante—

—Me gustaría invitar a comer a Kat, tenía un plan pensado para esta tarde pero me comunicó lo de su castigo...—

Estaba totalmente incrédula.

—Está bien,por esta vez haré la vista gorda—

¿Mi madre acababa de quitarme el castigo?

—Muchas gracias señora—

La sonrisilla juguetona fue evidente.

—Katherine, ve a arreglarte—

No quise contradecir a mi madre y fui a mi habitación.

Opté por un corto vestido color burdeos, con escote en V.

En teoría, íbamos a una "cita", así que tenía que fingir un poco.

Me até el pelo con una trenza, dejando caer los mechones sobre mi frente.

Mi maquillaje fue sencillo en los ojos, pero probé un pintalabios color melocotón que resaltaba mis ojos.

Terminé y bajé a la cocina.

Allí me volví a encontrar con mi madre y con Aaron, estaban hablando muy tranquilos y al escuchar mis pasos ambos giraron la mirada.

Mi madre asintió a modo de aceptación, para ella las apariencias lo eran todo.

Aaron en cambio, tenía la misma mirada impasible de siempre.
Se acercó a mi, me agarró de la cintura y depositó un beso en mi mejilla.

¡¿Estaba soñando o Aaron Black  acababa de hacer un acto romántico!?

Mis mejillas se tornaron rojas, todo parecía ir genial en nuestra pequeña (o gran) mentira.

Salimos de mi casa y al cruzar la calle, ambos quedamos en total silencio.

Por mi parte era incómodo,por la suya todo lo contrario.

—¿Qué ha sido eso?—pregunté

—No podemos perder el tiempo,ahora tú madre te dejará salir siempre que te necesite—respondió él sin muchas ganas.

Omití ese comentario.

—¿Y era necesario el beso...?—

Por fin me miró a los ojos.

—Katherine, tenía que fingir que te quería, ¿qué querías que hiciera?—

Vale, eso me había dolido, y mucho.

En este poco tiempo, los comentarios que él soltaba sobre mi con total indiferencia me causaban dolor.

Todos pensarían que estoy loca, pero había sido mi crush desde que tenía uso de consciencia y realmente me hubiera gustado que las cosas fueran diferentes...

—Entiendo—dije con una firmeza que ni yo misma creí

Él pareció darse cuenta de ello, pero apartó su mirada.

***

Después de un largo camino llegamos a una casa abandonada.

Que gran "cita" estábamos teniendo...

—Entra—

Definitivamente no iba a entrar antes que él.

—Tú primero machote—

Él me miró de muy mala gana, pero sorprendentemente no rechistó.

Pasó antes que yo y le seguí.

Todo estaba oscuro menos una habitación, nos adentramos en ella y allí nos encontramos con
Garret y con Dayana, sus amigos.

En este tiempo, ya se me había olvidado el hecho de que Garret era otro de mis compañeros de clase al igual que Dayana.

Me quedé mirando a esta última, siempre me había parecido preciosa por la simple razón de que era todo lo contrario a mi.

Ella tenía la piel morena y ojos color café, su pelo era oscuro pero no tanto cómo el mío, tenía unas pequeñas ondas y unos destellos castaños muy sutiles.

Sus rasgos eran perfectos, labios gruesos y nariz pequeña.

La envidiaba en muchos aspectos, yo nunca podría ponerme tan morena como ella, ni mi pelo podría brillar tanto.

De cierto modo, me recordaba a mi hermana.

Mi hermana se llamaba Valery, ella era muy parecida a mi padre, su piel era morena al igual que su pelo y sus ojos eran color miel.

Supongo que también la envidiaba a ella.

Yo era la viva imagen de mi madre y eso me enfurecía, odiaba muchas cosas de mí.Era consciente de que mi físico era bueno,pero cada vez que me miraba al espejo veía a otra persona.

—¿Katherine?—la voz de Aaron me sobresaltó.

—Dime—

Exasperó antes de contestar.

—Supongo que ya la conoces, ella es Dayana—

—Mucho gusto Katherine, me han hablado mucho de ti—me sonrió.

—Igualmente—imité su gesto.

Pasamos el día en aquella casa, ellos me dijeron que Los Zetas apenas se reían,que eran muy familiares cosa que me sorprendió y algunas cosas más que no escuché.

Solo podía pensar en ella, en mi pequeña y frágil hermana...