Aaron

¿Truco o trato?

Katherine

Una pequeña luz que se movía alternamente sobre mis párpados, me hizo tomar consciencia y abrir los ojos.

Lo primero que vi fue una linterna sobre mi cara y solté un quejido espontáneo debido a la cercanía de esta.

Apartó el objeto de mi cara y lo vi.

El mismísimo Aaron estaba delante mía y no era una alucinación.

Tenía un semblante mucho más serio que de costumbre y eso ya era muy difícil.

—Mierda, no sabes dónde te has metido...—

Al decir eso me sentí extrañada pero entendí que se refería al asesinato que presencié.

—He visto a un hombre, es peligroso, tenemos que irnos de aquí Aaron—

Él me miró y relajó su mirada, pensé que simplemente iba a acceder a irse y no mirar atrás pero su respuesta fue otra.

—No puedes irte, una vez que entras aquí, no puedes salir nunca—

No sabía que responder a eso.

—Nunca esperé de ti que tuvieras un sentido del humor tan negro—falseé una leve carcajada.

—Yo nunca bromeo Katherine—

Mi nombre con su voz, era cómo un cántico de los dioses.

Pero no podía centrarme en eso.

—¿Y entonces a que te refieres?—

Él suspiró antes de responder.

—Mira a tú alrededor y dime que observas—

Hice lo que me mandó, aún no había revisado el sitio en el que estabamos ya que bueno, tuve otra distracción.

Era una habitación.

Mejor dicho.

Estaba en la habitación de Aaron Black.

Mi niña interior estaría gritando por dentro si no estuviera siendo todo tan sospechoso.

—¿Me estás diciendo que no voy a poder salir de tú habitación?—intenté sonar divertida.

Vale, siempre había sido una chica directa e impulsiva, no lo tengáis en cuenta.

—Te estoy diciendo que no vas a poder salir de este mundo, de mi mundo, nunca— su voz se tornó frívola y directa.

Mi mirada reflejaba intriga.

Sentí una mano detrás de mi y me sobresalté.

—No parecías tan asustadiza cuándo estabas viviendo en primer plano un asesinato preciosa—

¿El asesino estaba aqui?

Vi su máscara, sus palabras fueron feroces y instantáneamente le agarré con fuerza el brazo a Aaron.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

Las imágenes de Jacob herido, embaucaron mi mente.

Empecé a temblar cuándo vi que el hombre se acercaba.

—¿Es una pena que tengas que morir pequeña, creo que antes de eso podríamos divertirnos un rato no crees?—

Todo comenzó a darme vueltas.

—No te acerques Garret—la voz de Aaron frenó al asesino y me calmó un poco.

—Qué aburrido eres Black—respondió él.