Aaron

Persecución

Katherine

El día transcurrió rápidamente.

Había estado investigando el caso de Helena y Clara.
No me sorprendía el hecho de que la primera de ellas   se encargara de esta noticia, pues siempre había sido su pasión. Lo que sí era realmente frustrante era no saber el porqué de que incluyera a Clara en esto.

Ambas eran totalmente contrarias, una daba una impresión dura y misteriosa, en cambio, la otra emitía luz y emoción.

Recuerdo que cuándo las presenté no se llevaban demasiado bien. Yo ya era amiga de Clara y un día vi a Helena sola en el patio, jugando con una especie de gusanos de seda.Éramos pequeñas y no me extrañó así que, para que no estuviese sola, me acerqué y comencé a charlar con ella.

***

—Hola—dije amablemente, mientras ella intercalaba la vista entre sus gusanos y yo—¿Son tus mascotas?, a mi no me gustan demasiado los bichos, les tengo miedo.

—Uno está herido, estoy tratando de averiguar que le pasó...—su mirada lucía perdida, era obvio que estaba intrigada—

—Ooh vaya...—intenté mostrar algo de compasión—Podemos llevarlo a la enfermería,seguro que la señorita Marilyn estará dispuesta a ayudarnos.

La pequeña versión de Helena me miró con una pizca de esperanza en sus ojos y asintió. Nos dispusimos a llevar al gusano a que le curasen, mientras Clara me miraba con una mirada confusa. Ella siempre decía que no debíamos juntarnos con niños extraños o acabaríamos siendo más raros que ellos.A mi siempre me pareció ridículo así que, hice como si no me diese cuenta.

—Mi nombre es Katherine—sonreí—¿Cuál es el tuyo?—pregunté curiosa—

—Helena—dijo en un hilo de voz, sus respuestas siempre eran claras,cortas y concisas.

Y así fue como logré integrar a Helena en el grupo

***

Dieron las 19:47 y mi cabeza ya no podía más.

Unos fuertes pinchazos me estaban atormentando, por eso decidí bajar a dar una vuelta a la manzana, necesitaba despejarme.
Me puse lo primero que vi en el armario, unos vaqueros desgastados y un jersey con los hombros un poco caídos.Después, me até el pelo en una coleta aflojada y salí de casa despidiéndome de mi mascota.Mi padre estaba dormido,no quería molestarle, y mi madre, no se encontraba en casa, como de costumbre.

Una leve brisa me atacó nada más salir.El día era muy triste, no había apenas luz y los nubarrones del cielo indicaban que se aproximaban chubascos.La calle estaba bastante vacía, tan solo logré divisar a una pareja de ancianos en el jardin de su casa, arreglando las flores, y a una mujer no demasiado mayor, sacando a pasear a su perro.

Había algo raro en esta situación. A pesar de que nadie me estaba molestando, no conseguía estar en paz. Ya me había alejado bastante de mi zona, llevaba todo el camino mirando para todos lados, algo me transmitía inseguridad.Hasta que lo vi.
La misma persona encapuchada estaba parada a tan solo unos metros de mi. Portaba una máscara tan negra como su atuendo y algo que parecía ser un cuchillo en la mano izquierda.

—Joder...—

Mi sangre se heló. Estaba algo lejos, pero nada que un buen sprint no pudiera arreglar. En cualquier momento correría y me atacaría. Comencé a imaginar las diversas formas que tendría el enmascarado de apuñalar mi joven corazón y ninguna de ellas me pareció tan agradable como para mantenerme estática. Así que....

CORRÍ.

Nunca había corrido tanto. Ni tan siquiera cuando aquel profesor de educación física me iba a suspender por no hacer correctamente el test de Cooper.

Sentí mi respiración entrecortada, la sangre de mi cerebro me pesaba y yo lo único que pude hacer fue correr.Miré hacia atrás para ver donde estaba el mafioso enmascarado.

Pero algo se interpuso en mi camino y choqué.
Algo robusto y rudo.

¿La sombra humana asesina me había seguido?

—PORFAVOR NO ME MATES CON ESE CUCHILLO—del impacto, había caído al suelo y no me atreví ni siquiera a abrir los ojos.

El silencio fue inmediato y coloqué mis manos sobre mis ojos para no presenciar mi propia muerte.

Recordé todos y cada uno de los momentos vividos.
Recé por mi padre, por Poppy, por mis cercanos, para que pudieran sobrevivir sin mi.

Mi pánico iba a provocar un infarto de lo rápido que hacía mi corazón latir.

Hasta que lo escuché.

Una leve y siniestra carcajada me sobresaltó más que una acuchillada. Esa risa la reconocería en cualquier lugar.

Abrí un pequeño hueco entre mis dedos y abri los ojos.

Capullo...

—¿¡Pero a ti que te pasa!?—grité y me levanté de un brinco, histérica—No sabes el susto que me has dado,joder.

Solté todo el aire que había estado conteniendo en mis pulmones y le miré.

—¿El golpe te dejó tan loca, o ya lo estabas de antes,Kat?—

—Aaron, esto no es gracioso—estaba furiosa

—Graciosa es tu cara de terror—inquirio divertido—Debo conocer a la persona que te puso en ese estado,es casi tan malévolo como yo.

Bufé ante su respuesta y pasé de largo.

........

En alguna parte totalmente remota de mi cabeza, creía que Aaron tendría algún tipo de interés en mi, y que diría : "Oh! Espera Katherine, ¿que te ha pasado?, ¿estás bien?".

Como no obtuve nada de eso, me giré furiosa y comencé a balbucear cosas y a hablar a lo loco.

—¡Eres un imbecil Aaron!—hablaba mientras él me observaba—Primero casi me matas, me lanzaste de un coche en marcha como si nada, ESTABA EN MARCHA AARON—me iba aproximando cada vez más—Se que a ti no te importo en absoluto pero te quiero decir una cosa....Msacas totalmente de quicio, me obligas a trabajar contigo y al más mínimo fallo que ves, me tiras como basura—

Mi respiración se agitó de manera considerable nuevamente.

—Y ahora, hay un enmascarado que me persigue y tu como si nada....—empezaron a caer lagrimas por mis mejillas—te ries y ya y me parece una mierda Aaron porque lo he pasado fatal.

Su expresión seguía tan seria como siempre.

—¿Sabes que?—Le reté con la mirada—Olvídalo.

Mis manos comenzaron a temblar. Sentía nervios y sobre todo mucho miedo.

—¿Cómo es?—con su semblante neutral habitual.

—¿Disculpa?—no entendía su pregunta.

—Qué como es físicamente.Dijiste que un enmascarado te perseguía y quiero poder indentificarlo—su mirada penetró en la mía.

—¿Por qué quieres saberlo?—

—Porque voy a matarlo—