¿Sentir o no sentir?

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Katherine

La noche se tornó aún más fría, y yo con mi vestido lo único que hacía era tiritar.

No había encontrado a Dayana, tampoco sabía a dónde había ido Aaron y Garret estaba rodeado de mujeres así que, no iba a ayudarme ni por asomo.

Me encontraba algo desorientada.

Joder, otra vez no.

Comencé a caminar sin tener un objetivo muy fijo, aunque realmente lo único que quería era llegar a mi casa y estar con mi padre...

Desde que salgo con Aaron, mi madre ha estado amable y considerada.Hoy le dije que iba a una fiesta de los padres del señorito Black y que volvería tarde.Ella no rechistó y cuándo me vió con el vestido, sus ojos relucieron.

Estaba sumida en mis pensamientos cuándo de repente algo entre los arbustos me sobresaltó.

Se movían.

Se movían mucho.

El miedo se apoderó de mi, recordando mi experiencia la vez pasada en este bosque.

-Sé que hay alguien ahí-

No obtuve respuesta.

-¿Hola?-

Lo mismo.

-¡Responde de una maldita vez!-dije mientras me acercaba y apartaba los hierbajos.

De repente, vi un pequeño zorro herido, comiendo unos arándanos que había en el arbusto.

Normal que no me contestara...

-Ohh, cosita, estás herido...-

Acerqué mi mano para que la oliera, acercó su hocico y me recorrió con su mirada.

-Te voy a llevar a mi casa y te voy a curar, ¿vale?-

Esta vez, parecía que me había entendido o eso creí porque se dejó coger sin ningún problema.

Seguí andando sin rumbo, pero ahora con mi pequeño amigo.

Cómo si Dios estuviera de mi parte, comencé a escuchar coches provenientes de la carretera.

Seguí el sonido y llegué a la entrada del bosque.

-Gracias señor Jesusito-

La esquizofrenia a veces me daba fuertemente.

Me di cuenta que el sol ya empezaba a asomarse levemente, miré la hora y ya eran las 7:44 a.m.

¿En qué momento había pasado tanto tiempo?

Tan solo diez minutos después, llegué a mi casa y fui hasta mi habitación.

Puse al zorro sobre una pequeña manta encima de mi cama y fui a por el kit de primeros auxilios.

Tenia un rasguño en el ojo izquierdo y una pata con sangre y cortes en su parte baja.

Lo curé y le puse una venda cuidadosamente.

Soltó leves quejidos pero, no se movió en ningún momento.

Cuándo terminé, me acosté a su lado y él se acercó hacia mi y puso su cabecita sobre mi pecho.

Esto estaba siendo adorable.

-Te voy a poner un nombre pequeño-

Subió su mirada y parecía ¿emocionado?

Realmente creo que estoy loca.

-¿Que tal Poppy?-

Es un nombre precioso, ¿vale?

Agitó la cola, creo que le pareció bien.

Poppy era mi peluche favorito cuándo era pequeña y justamente era un pequeño zorro.

El sueño me venció y me dormí plácidamente.

***
Aaron

-¡¿La has dejado ir a estas horas sola por el bosque!?-

Dayana era muy irritante.

-No-

-¿Cómo que no?, si me acabas de decir que la has dejado tirada-

Iba a perder la paciencia en cualquier momento.

-No fue sola Dayana-

-¿Y entonces?-preguntó curiosa.

-La estuve siguiendo mientras caminaba, de hecho, se paró un buen rato con un animal, no entiendo porqué, pero quiso rescatarlo-dije aburrido.

De repente, ella empezó a sonreír mucho.

-¿Qué?-

-Osea que... ¿te has preocupado por ella?-

Oh no, ya iba a empezar otra vez...

-No sigas-

-Primero, la dejas vivir cuándo está prohibido...-

-Dayana-

-Segundo, la unes a nuestro grupo cuándo tú eres el primero que odia integrar a gente...-

-Cállate-

-Y luego, discutes con ella y la acompañas modo acosador para que no le coman los animalitos del bosque, ¿no?-

Respiré pesadamente.

-Cualquiera diría que te atrae Aaroncito-

-No pienso volver a la misma conversación de siempre-

Ella comenzó a reírse y yo me largué de la habitación.

Llevaba días diciendome cosas de este estilo y yo ya estaba harto.

No me gusta Katherine.

Simplemente, he tenido una fase caritativa en mi vida, además,
por el bosque hay mucha gente peligrosa y peor que nosotros.

¿Cualquiera se aseguraría de que todo estuviera bien, no?

Las palabras de Dayana hicieron un lío en mi cabeza.

No me gusta Katherine...

Repetí.

Yo nunca podría sentir nada por nadie, esa es mi naturaleza y así soy yo.




AaronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora