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Junio se acercaba y con el su despedida definitiva al gran castillo

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Junio se acercaba y con el su despedida definitiva al gran castillo. Sabían lo que se avecinaba una vez que salgan del colegio, pues Lord Voldemort y sus seguidores se empañaban a su creencia purista.

—Oh, espero realmente que hoy ganen o James morira.—Dijo Peter aún lado de Leah y Remus. El chico se había separado significativamente del grupo estas semanas.

—Tambien lo espero.— Dijo Leah buscando a James con la mirada.

Leah se sintió mareada a pesar de estar sentada. Ya habían pasados algunos meses que su recuperación total a su memoria pero aun asi era difícil para ella acostumbrarse. Sus dos versiones se cruzaban y debía no dejarse llevar por su persona luego del choque, había creado otra personalidad y debía elegir. Debí elegir que versión de ella y  darle vida.

El Partido continuo hasta que pasaron las 3 horas, Griffyndor iba ganando pero aún no encontraban la Snich. Leah estaba recostaba en el regazo de Remus con los ojos cerrados, casi logro consiliar el sueño cuando el movimiento brusco de Remus y sus gritos la obligaron a sentarse de golpe con los ojos bien abiertos.

—¡Ganamos!— Peter y Remus saltaron de la alegría mientras Leah emanaba irritación por su repentina interrupción, sabía que no debía enojarse pero quería dormir lo que James no a dejo dormí la noche anterior.

Levanto la Mirada al sentir varias miradas en ella y un silencio a su alrededor, al hacerlo se encontro con un James tan sonriente como un niño. El chico Potter le extendió su mano aún encima de su escoba y Leah bajo la mirada de todos la tomo acercándose a él.

—Te vi durmiendo, pero aún asi me alegro que hallas venido.—  Dijo James en su oído con un susurro. —Sube.

Y eso hizo Leah envolviendo sus brazos a la cintura de Jamás sintió un repentino movimiento ya que sin previo aviso James comenzó a volar hacía la orilla del lago negro el que estaba vacío.

—Lamento dormirme.— Dijo Leah con cierta vergüenza.

—No importa, fue mí culpa.— Dijo Jamás con una sonrisa tan perfecta que sería caso tan cautivadora que la poción más poderosa de amor.

Leah se acomodo quedando enfrentados y con movimientos de manos y nervios dijo.

—Oh, pero te vi. Lo hice, pero luego mía ojos comenzaron a cerrarse— Alzó los hombros — y ya sabes lo demás.— James soltó una risita.

—Lo se, tranquila. Estuve viéndote en todo momento.

—No puede hacer eso.— Leah lo miro de reojo antes de dejarse caer en el contro del árbol atrás suyo, James copio la acción.

—Si puedo y siempre lo hago.— Le guiño un ojo acompañado de una sonrisa ladeada.

—Si tu dices.— Leah le resto importancia, sabía que James lo hacía.

Leah se asustó levemente ante el repentino beso de James, el chico tomo su cintura y la coloco en su regazo mientras Leah pasaba sus brazos por los hombros de el. Una vez más enfrentados James no soltó su agarre un la cintura de la chica y al separarse del beso sonrió levemente.

Leah se dio vuelta pegando su espalda al pecho de James y así pasaron varios minutos, en silencio y tranquila. Hasta que a Leah se le ocurrió algo, aunque debatía en su mente si sería correcto, aún asi lo hizo.  Se metió en la Mente de James, vio varios recursos hermosos de el en su infancia, o sus travesuras con Sirius, su amor a Lily, pero por fin llegó a la parte que quería, el momento en que ahora estában.

Paz.

Eso era lo único que pudo sentir Leah, ya que eso era lo que le transmitía James.

Pudo ver cómo James imagino estar en esa pose por mucho tiempo, poder vivir siempre juntos.

—No necesitas meterte en mí mente para saber que quiero pasar mí vida contigo, solo necesitas preguntarlo.— James interrumpió su invasión. Leah se acercó a James y dejo un beso en su boca.

Una presencia se sintió detrás de Leah y lo confirmo una sobra, se giro —aun encima de James —encontrándose con Sirius Black.

—Vamos, juguemos.— Dijo con escobas en su mano y una sonrisa amplia en su rostro. —Pateemos un rato.— Sirius ha quedado encantado con el nuevo deporte Muggle que le enseño Leah, el Fútbol, por lo que fingía que el quidditch lo era.

A ti te pateare.

Escucho Leah en los pensamientos de James. Le extendió su mano a Sirius y el la levanto para luego ayudar a James.

—Oh, no. Paso, le prometí a Mia ayudarla a hacer la cena hoy.—Leah limpio su ropa con su mano. —Hoy comeremos pastas a pedido de Sirius por nuestro egreso.— Leah le informo a James, quien miro mal al nombrado.

Tendrían que volver a Hogwarts para la ceremonia de egreso y diplomas, siendo su última vez en Hogwarts.

—le dije a mi Madre que quería lasaña.— James hizo un pequeño puchero.

—Perdiste el trono hace tiempo Cornamenta.— Dijo Sirius con falsa lástima.

(...)

Leah se encontraba en la cocina con la mama de James haciendo la masa de para la pasta.

—James me hizo un berrinche por cocinar pastas y no lasaña.— Dijo Mía con gracias.

—Lo imaginaba.— Leah vio desde la ventana de la cocina a James , Sirius y ahora Fleamont jugar en el gran pateó. No sé percató de la mirada de Mía  que dejó de amasar.

—¿Lo amas? — Mía dijo con una sonrisa y la cabeza ladeada, sabía que Leah amaba a su hijo pero siempre tuve el miedo que no lo amara como James a ella. Pues sabía la intensidad de amor que proporcionaba James. No era tonta y sabía sobre todos los prejuicios que podía atravesar Leah, como era el mundo mágico y sus matrimonios; no creía que Leah sea una aprovechadora o que no quisiera a James, pero sabía que podía caber la posibilidad de que su relación no sea totalmente por amor genuino. No la juzgaba si así era, pero tampoco creía eso para su primer y único hijo.

—Con cada pedacito de mí corazón.— Leah luego de unos segundos miro a Mia.— Se lo que todo Hogwarts piensa se nosotros, que solo soy un clavo de Evans, que no lo quiero, que no me quiere como a Lily o que solo quiero su fortuna; pero también se lo que siento por el, se que morirá por el o sin el, se cómo lo amo y no necesito que nadie más que el lo sepa.

AMNESIA ; JAMES POTTER.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora