"Haré que se callen, pero si me prometes no volver a golpear tu cabeza de esa forma"
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.Sin duda alguna, esta se podría considerar como mi primera muerte, no creo que sea necesario dejar de existir para morir, solo basta con dejar de vivir, solo basta una sola cosa que te destruya lo suficiente como para hacerte dudar incluso de que valga la pena continuar con esa existencia o simplemente hacerte doler tanto el alma hasta el punto que sientas que no puedes respirar más...
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.Muerte...la muerte es un concepto que la mayoría de las personas conocen, es aquel concepto que nos alcanzará a todos en algún momento, a unos será antes a otros será después pero siempre será un hecho. La muerte, es lo más seguro que tendremos en toda nuestra existencia en la tierra, pero aún así nadie está preparado para ello, nadie aceptará que los suyos mueran y créeme que por ahora no deseo morir en absoluto, no aceptaré morir tan fácilmente...
Esa noche, esa misma fría noche de ese treinta y uno de Diciembre murió, el pequeño Dante no volvió a abrir sus ojos; me dormí en aquella silla, lo último que ví fue a Dante con una sonrisa y llorando mientras sus ojos estaban cerrados, con su mano sujeta a la mía. Me despertó el quejido del pequeño Apollo, la mano de Dante estaba fría y tenía un semblante inexpresivo; no despertó, no lo hizo nunca más.
No se movía, no respiraba, se había ido...el pequeño Apollo lloraba, hasta el sabía que Dante ya no estaba, justo en ese momento la enfermera de guardia dió su ronda en la habitación. No recuerdo mucho en realidad, en mi cabeza resuena fuertemente el llanto, una gran parte de las enfermeras estaba llorando, nadie se esforzó siquiera por reanimarlo se había ido hace mucho y yo ni siquiera lo había notado, jamás sabré si murió tranquilo o murió con dolor, lo único que sabía en ese entonces es que ya había muerto y no hay reparo para la muerte...
La abuela fue quien me saco de ahí, me preguntaba muchas cosas, más de las que podía procesar pero ni siquiera podía escucharla, solo me limitaba a pensar en Dante, en lo mucho que debió de haberle dolido...
- Alice, mi pedacito de sol, reacciona - la abuela me llamo preocupada, yo aún estaba viendo a la nada, pensativa .
El pequeño animal se había aferrado a mis pies, su toque dulce y sus gimoteos eran lo único que me mantenía anclada a la realidad, del resto no podía ni siquiera escuchar atentamente lo que los demás me decían.
- Déjala Sara, debe estar procesando todo - comento mi tía Evelyn.
- Estaba en ese mismo estado cuando mataron a su gato, esto no es bueno. ¿Crees que deberíamos llamar al doctor? - preguntó.
- Shhhh - la tía Evelyn puso su dedo índice directamente en sus labios, haciendo la señal de silencio - tal vez esta ida, pero creo que sin duda está consciente de su alrededor - comentó.
Mi gato, oh sí...cómo olvidarlo, mi amado gato es algo que jamás olvidaría para nada, aún puedo sentir aquellos golpes y aún puedo recordar ese lastimero sonido.
- Alice...- era Mike quien hablaba ahora, se acercó a mi altura y puso su mano sobre la mía, me tense inmediatamente - Alice...- Basta, deja de pronunciar mi nombre de esa manera, odio que hagan eso, estoy a un paso de odiar mi nombre completamente y de odiarlos si siguen viéndome de esa manera.
- Ga-to- susurre, fue suficiente para llamar su atención. Tome suficiente aire en mis pulmones - Ojalá que Dante se lleve bien con mi gato cuando se encuentren en el cielo - fue lo único que dije.
Ahí estaban otra vez, esas miradas que solo me daban cuando sabían perfectamente que algo dentro de mi se había roto, cuando algo estaba mal dentro, cuando algo dolía y en serio me dolía.
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20 Cosas en mi lista antes de morir... © EN EDICIÓN
Teen Fiction- "El propósito de la existencia es encontrar una meta, una meta que valga la pena y luchar por ello con todas tus fuerzas, Alice...te prometo que todo ese dolor tendrá sentido, no ahora, no mañana, pero tendrá sentido" - Quien iba a pensar que esas...