VI. "Autolisis del Menorah"

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"Si yo fuera valiente me suicidaría..."

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¿Alguna vez has deseado que tu mente y tu cuerpo se detengan?. Solo por un tiempo, para poder descansar un poco, dejar de sentir tantas cosas, dejar de sentir todo, desconectar un poco de ti mismo, que se apague por un momento...

Yo lo deseaba continuamente.

Es tonto, es de cobardes pensar inclusive en un suicidio; pero lo he hecho, lo triste es que nunca podré hacerlo de verdad. Tengo todo el cuadro mental y moral de una suicida, pero como diría Mario Benedetti no tengo la fuerza que se precisa para meterme un tiro en la sien.

Perdí la noción del tiempo, de cuánto estuve dormida, pero desperté. Huele a sangre y alcohol; mucho alcohol de hospital, no recuerdo....Ese dolor agudo detrás de mi cabeza, justo en mi cerebelo, definitivamente estoy enloqueciendo; en definitiva, mi descenso a la locura no es tan divertido como había previsto que sería. Mierda si que duele, aún recuerdo la sensación de aquella punzada dolorosa detrás de mi cabeza, había golpeado mi craneo repetidamente contra la cerámica de aquel baño causando una herida profunda que fue suturada de inmediato por mi doctor, me cedaron y caí en un sueño profundo durante un par de días hasta ahora que desperté.

- Alice...-

Ladee mi cabeza para encontrarme con el rostro de Raven acurrucado cerca de mi, su cama estaba junto a la mía y no solo la de ella, la de Nathaly también, mis demás amigos dormían en el sofá cerca de donde yo me encontraba, aún estaba desorientada pero podría ubicarme perfectamente en el tiempo y el espacio como para recordar lo que había pasado hace un par de días, aún me dolía mucho la cabeza así que preferí no forzar a mi cerebro. Volví a recostarme, Raven seguía dormida...

-Por favor , no te golpees...- susurro media dormida, al parecer estaba soñando.

Ahora que recuerdo, termine soñando con alguien que me ayudó en aquel baño. Pensé que me había desmayado sin más y que me habían encontrado, pero...Ella me ayudó, sabe lo que es sufrir por tu cerebro a tal grado de querer arrancartelo para dejar de pensar un poco, esa un sensación muy nauseabunda. Volví a recostarme; estaba cansada, y eso que solo volví a la realidad por un par de segundos, pero dolía, sin duda dolía mucho.

No recuerdo exactamente el momento en donde me quedé dormida, pero luego de un par de horas desperté, podía escuchar a mi tía conversar junto con mi abuela a poco metros de mi cama.

- Deberías descansar, Sara -

- No - suspiro mi abuela - No hasta que despierte- concluyó.

- Sus amigos la han estado cuidando, están los doctores y las enfermeras. Sara, ella estará bien, no pasará nada porque tú duermas solo dos horas- dijo.

- Dije que no - setencio la abuela

- Eres tan terca -

Abrí mis ojos lentamente, ya no sentía el peso de Raven junto a mi, ni la mano de Nathaly, concluí que todos se habían ido a sus respectivas camas y solo estamos mi familia y yo.

- Yo también creo que deberías descansar - comenté.

Los ojos de mi tía Evelyn y mi los de mi abuela se abrieron tanto que por un momento pensé que se iban a salir de sus cuencas oculares debió a la sorpresa.

- Alice... - susurro mi abuela.

- Últimamente todos están diciendo mucho mi nombre - solté en el aire.

- No puedes culparlos por eso, das mucho de que hablar - dijo mi tía Evelyn.

- Alice ...- los ojos de mi abuela se encontraban opacos, las lágrimas salieron de estos, sin perdón alguno.

20 Cosas en mi lista antes de morir... © EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora