INFINITY [Paul Lahote]

19: Aceptación

[Paul]

/Hoy es el gran día. El día en el que le pediré a Danielle que sea mi novia. Los nervios me consumen al no saber su respuesta, pero espero que sea lo que tanto anhelo. Nada me haría más feliz que eso.../

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/Y sí, queridos lectores, tal como acaban de ver, el momento para esos dos había llegado. El lobo planeaba pedirle a Danielle que fuera su novia. Quería que el momento fuera perfecto, así que, le pidió ayuda a Esther, quien al saberlo aceptó gustosa, pues en ese momento lo menos que podía hacer era que Danielle fuera feliz.

La tarde cayó, dando pasó al crepúsculo. Y en un pequeño claro del bosque, habían organizado una hermosa velada. Los árboles estaban decorados con luces y en el centro de todo, había una pequeña mesa iluminada por la luz de la velas. Paul esperaría a la chica unos metros antes del lugar, pues Esther se encargaría de traerla hasta él. Después, todo dependería de él./

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[Paul]

/No podría decir que soy una persona especialmente paciente, pero por Danielle valía la pena esperar. De la nada, escuché un ruido, eran ellas. El como se veía era inexplicable, pues siento que si trato de definirla con una palabra la limito. Era realmente hermosa, la chica más hermosa que he visto. Sus ojos estaban vendados/

Esther: ¿Estas nervioso?-Preguntó acercándose a mí
Paul: No te imaginas cuanto...-Respondí de inmediato
Esther: Ey, tranquilo-Dijo sonriente-Ella está emocionada de poder compartir esta noche contigo, aprovecha esta oportunidad.
Paul: Lo haré-Dije devolviendole la sonrisa. Sin más que decir, Esther se alejó de mí y se despidió de Danielle. Me acerqué a ella y tomé su mano-Sígueme, confía en mí-Susurré en su oído.

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/Con su mano izquierda, la tomó de la cadera y con la derecha, la guío a un sendero donde empezaban las luces. Al llegar ahí, se posicionó detrás de su amada y le quitó la venda que cubría sus ojos. La expresión en su rostro hizo que en el metamorfo aparecieran sentimientos que ni él mismo podía explicar. Le ofreció su brazo, el cual aceptó gustosa y empezaron a caminar a través de aquel sendero. Al llegar al claro, la híbrida pudo divisar la pequeña mesita con las velas, pensó que realmente se habían esforzado en preparar todo.../

Paul: ¿Te gusta?-Preguntó con cierto nerviosismo
Danielle: ¡Me encanta! Paul, está bellísimo-Respondió con emoción

/Como todo un caballero, jaló la silla para que ella se pudiera sentar. Sobre la mesa habían diferentes platillos, sus favoritos, algo que a ella le dijo mucho sobre los sentimientos de su acompañante.

La cena transcurrió entre sonrisas, charlas, risas y miradas. Al terminar, Paul se puso en pie y le dio la mano a Danielle, ella aceptó, poniéndose en pie también. El lobo la tomó de ambas manos y mirándola directamente a los ojos, se decidió a declarar su amor./

Paul: Danielle, eres la chica más extraordinaria que he conocido. Llevamos muy poco tiempo de conocernos pero aún así no puedo explicar lo que siento cada vez que me hablas, me miras o tan siquiera te siento cerca-Explicó-Estoy seguro de una cosa y es que quiero que eso continúe-Dijo observando las manos su chica y las suyas juntas-Por eso, esta noche quiero preguntarte, teniendo a la luna y los ancestros de testigos... ¿Aceptarías el amor de este tonto que tienes enfrente? Más bien... ¿Me darías el honor de llamarte mi novia?

/Esa pregunta, esa que ambos de alguna forma habían esperado tanto, ahora salía de la boca del chico que ella tenía enfrente. De los ojos de la híbrida empezaron a brotar lágrimas de alegría, realmente lo había esperado.../

Danielle: ¡Sí y mil veces sí!-Contestó mientras lágrimas bajaban por sus sonrojadas mejillas.

/Él lobo sonreía feliz, al fin podían estar juntos. La tomó de la cintura alzandola en el aire y dando vueltas con ella. Al bajarla, sus mirada se dirigió a sus labios, aquellos que le daban curiosidad desde que los vio, y como si ella hubiera leído su mente, tocó sus labios con los suyos, iniciando un profundo beso lleno de amor y ternura. Aquel había sido su primer beso, y fue mucho más especial de lo que alguna vez imaginó.

Cuando se separaron, pudieron oir los gritos de celebración de la manada y los sollozos de algunas improntas ahí presentes, pues habían estado viendo todo desde lejos. Los Cullen también estaban ahí. Si pudiera, probablemente Esme estaría llorando de alegría por su hija y aunque Rosalie no estuviera muy de acuerdo, tenía que aceptarlo pues en el fondo sabía que ese lobo la haría feliz.

Al final, todos ellos junto a la luna fueron testigos de esa hermosa unión que solo sería el comienzo de lo que les esperaría más adelante. Ambos se amaban, a pesar de haberse conocido hace poco. Pero sabían que la Imprimación los había unido por una razón, por eso en esa magica noche, se juraron amor.../