Su día se dio con normalidad, nada lo interrumpió. San Ha, el príncipe de Song Do, tierras cercanas a Koyro donde también tenían potestad los reyes, padres del pelinegro, lo visitó por la tarde tal y como le habían informado. En realidad, todo el país era gobernado por los Park, pero San Ha al contrario de Dong Min no era hijo de los reyes, era el esposo del príncipe heredero. Al ser otro chiquillo como él, era tratado como tal.
-¿A donde les gustaría ir, sus altezas?
-Vamos al río, tengo mucho tiempo sin mojar mis pies en esa agua cristalina- Insistió San Ha.
-Bueno, pero con una condición.
-¿Cuál, Minnie?
-Que tienes que jugar y bañarte conmigo. Si no lo haces le diré a Min Hyuk que no deje salir.
-¡Eres un tramposo!- se quejó y entre risas fueron llevados a su destino.
Junto a sus sirvientes llegaron aquel cristalino río donde al chico le gustaba pasar el rato, no quedaba lejos del castillo, pero siempre necesitaba ser vigilado para evitar le pasara algo malo ya que, este maravilloso sitio estaba cerca de un bosque oscuro al que nadie tenía permitido entrar por alguna razón.
Sin importarle sus vestimentas, salió corriendo y se tiró al agua, siendo seguido por el otro infantil chico. Nadaron en el agua y jugaron haciendo chapoteos siendo observados por sus sirvientes qué se reían cada que el otro chico pelinegro caía gracias a Dong Min.
-No me puedes alcanzar- nadó siguiendo la fuerte corriente y se escondió detrás de unas grandes piedras para esperar a su amigo.
Miró al otro chico nadar buscándolo y salió por detrás jalando sus cabellos, San Ha solo gritó.
-¡Te asusté!
-Cállate- dijo molesto.
-¿Jugamos a las escondidas?- preguntó Dong Min buscando como salir del agua.
-Va, pero si te agarro me das de esos pasteles que te hornea Irene.
-Alteza, recuerde no irse lejos- solo asintió sin prestarle importancia.
San Ha fue a esconderse y él se quedó contando hasta el diez en voz muy alta, para luego comenzar a buscarlo. De las cinco veces que se escondieron cada uno, solo dos veces pudo ser hallado Dong Min, pero a la quinta, todo cambió.
El pelinegro quería hacer difícil su búsqueda y engañó hasta a los sirvientes yéndose a esconder más dentro de los árboles, tocando el bosque.
Se sentó en el suelo lleno de ramas y hojas secas esperando a que San Ha lo encontrara, pero pasaron unos minutos y ni siquiera se escuchaba su voz, pero su concentración ya no estaba en el juego, sino, en aquella oscura profundidad que tenía de frente.
Sus padres siempre le dijeron: "Nunca vayas al bosque cuando estés en el río", pero nunca le han dicho porqué. Pensó que era por ser tan tenebroso a simple vista, pero cuando se dio cuenta, aquella oscuridad lo había empezado a atraer. Su color favorito siempre fue el negro, aveces el rosa o amarillo, pero lo oscuro y solitario siempre lo ha llamado y no tiene explicación a ello.
Sus pies se mueven sin ser conscientes de lo que hacen, da paso tras paso con temor, pero la curiosidad es mayor.
De pronto, sus pies se tuercen, su cuerpo cae al suelo lodoso y maldice en voz baja, dándose cuenta hasta en ese momento lo que está haciendo, pero al levantar su rostro, se encuentra con una sombra humana cerca de él, pero no se atreve a verle de frente, solo de reojo por miedo.
Siente su corazón salirse con el sonido de unos pasos y luego, lo último que mira, es una fornida espalda y un hombre alto y fuerte desaparecer de su vista como aire.
Regresa inmediatamente por donde venía y al fin escucha la voz de sus sirvientes, está asustado por supuesto, pero cuando hace contacto con ellos solo puede tratar de ser burlón, es todo.
Ahora, la pregunta que lo inquieta es: si nadie tiene permitido explorar el bosque, ¿Qué hacía ese hombre ahí?
-No es justo, no pude encontrarte- dice San Ha.
-Altezas, es hora de irnos.
Tanto como su amigo y su sirviente le hablan, pero es nula la atención que presta, no entiende nada, se siente hechizado.
Se va de ese lugar, pero ahora está desesperado por volver para descubrir que hay más profundo en el bosque y saber de ese hombre de ancho y fornido cuerpo que miró.
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The Prince ¦♕¦ binwoo
FanfictionCuenta la leyenda, que un hombre hermoso fue desterrado de sus posesiones al caerle una maldición por su avaricia y vanidad. Nadie supo nada, ni de quien se trataba, pero desde sus 6 años el pequeño príncipe Dong Min solo sabe una cosa: "Nunca vayas...